sábado, julio 30, 2005

CERVANTIZANDO QUE ES GERUNDIO.


TESTAMENTO DE DON QUIJOTE HECHO POR DON FRANCISCO DE QUEVEDO EN ARGAMASILLA DE ALBA, CON MOTIVO DE SU PASO Y PERNOCTA EN ELLA, A SU REGRESO DE LA TORRE DE JUAN ABAD A MADRID EN EL AÑO 1608

(tercera de las cinco partes en las que cirdan ha decidido partir este romance)


»Mando que el moro encantado
Que me maltrató en la venta,
Los puñetes que me dio
Al momento se le vuelvan.

»Mando al mozo de mulas,
Volver las coces soberbias,
Que me dieron, por descargo
De espaldas y de conciencia.

»De los palos que me han dado,
A mi linda Dulcinea,
Para que gaste en invierno,
Mando cien cargas de leña.

»Mi espada mando a una escarpia,
Pero desnuda la tenga,
Sin que a vestirla otro alguno,
Si no es el orín se atreva.

»Peto, gola y espaldar,
Manopla y media visera
Lo vinculo en Quijótico,
Mayorazgo de mi hacienda.

»Mi lanza mande a una escoba,
Para que puedan con ella
Echar arañas del techo,
Cual si San Jorge fuera.


nota preliminar: enero 20, 2005


# # # # #


SOBRE EL ORIGEN DEL PROGENITOR DE DON ALONSO QUIXANO.

Hace once años que mi vecino Goyo tiene una casa en un valle del prepirineo. La heredó de su padre y este del suyo, otro Gregorio que tuvo y regentó en Madrid una librería de parroquia más que mediana, fiel y cumplidora; esto hasta que a finales de los años sesenta vendió el local - a todo correr y por un precio desorbitante para la época - a una compañía de seguros de nombre extranjerizante. Vendió, ya digo, con premura, y con premura hubo de trasladar mobiliario y libros a la casa que entre manos traigo. En ella, los primeros languidecieron hasta la inservibilidad que los llevó al fuego, y los otros, insidiosamente olvidados, fueron acumulando polvo y taras sin cuento. Ahora, con el buen tiempo y si no tengo demasiado que hacer, hay domingos en los que me llego hasta la granítica casona (de dos plantas, en proceso de restauración, desgarbada en apariencia, abierta a todos los vientos, y enclavada en un entorno que se me antoja, en estos días del verano, amable y risueño ) y ayudo a Goyo en la catalogación de los ejemplares salvables.

En el trajinar, muy de cuando en cuando doy con algún ejemplar que despierta mi interés, entonces con permiso del dueño me lo quedo. Evidentemente solo denoto entusiasmo cuando se trata de ejemplares a los que se de escaso valor en el mercado. Tratándose de libros no sabría actuar de otra manera. A modo de ejemplo os citaré el último que he traído a casa: "LA PROLONGACION ANALITICA DE LA INTEGRAL DE DIRICHLET - STIELJES".- Sixto Ríos (Premio Alfonso el Sabio 1943). Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Publicaciones del Instituto ‘Jorge Juan’ de Matemáticas.- 96 págs., 24 X 17 cm.

Conque el domingo pasado, mientras arrumbaba entre toses las estanterías de una habitación que los albañiles necesitaban limpia de polvo y paja para el lunes , di con un folleto cuasi emparedado a fuerza de humedades en el que, para mi sorpresa, se hablaba de la procedencia paterna de Cervantes. Ni que decir tiene que inmediatamente me quite gafas y guantes y a la luz incierta de una bombilla de chicha y nabo intente su lectura. Imposible de todo modo; mapeadas por hongos las escasas paginillas y en gran medida devoradas por la polilla, poco pude sacar de ellas con aquella luz anémica y parpadeante. Mejor me fue con luz natural, aunque el impreso se encontrara en un estado deplorable. Entendí, eso si, que se trataba de una separata de (¿...?) publicada en 1905. Por autor tengo, aunque con las debidas precauciones (o sin ellas, que carajo), a Don Antonio de Valbuena. (1)

O sea, que antes de echar al fuego papel físicamente tan inmundo, armado de paciencia, lupa y lápiz copié a la letra lo que a continuación os traigo.


UNA IGNORANCIA GEOGRÁFICA

(LA ORIUNDEZ DE CERVANTES)

Paso a páginas interiores:

Querido Cavia: (2)

En la reseña de una reunión celebrada hace días por la Junta del Centenario del Quijote he visto el acuerdo de invitar á la Diputación provincial de Lugo y al Centro Gallego. (3)

No me parece mal que para el centenario se invite á esa clase de corporaciones; mas como se trata solamente de dos, y ambas son gallegas, me inclino á creer que esa invitación se relaciona con la supuesta oriundez gallega de Cervantes, proclamada á boca llena como indiscutible por un diario lucense, El Regional, y quiero hacer sobre ella algunas observaciones.

Ya doña Emilia Pardo (4), á pesar de ser una gallega muy encariñada con su país, tuvo la oportunidad, rara en ella, de echarle agua en el vino al periódico de Lugo, diciendo que la tal oriundez gallega no es más que « una conjetura insuficiente». Dijo bien doña Emilia, aunque fuera por casualidad, y tampoco hubiera dicho mal si dijera que es una afirmación sin fundamento, pues lo mismo vale que no tener ninguno tenerle falso; es decir, fundarse en un error, en una ignorancia geográfica.

Para que realmente pudiera defenderse la oriundez gallega de Cervantes, para que sin pruebas históricas pudiera El Regional decir, como ha dicho raso por corriente, que «de la montañosa comarca de Lugo salieron los Cervantes» y que «sangre lucense llevaba en sus venas el que colocó aquel apellido tan alto...», etcétera, eran necesarias estas dos cosas:

1.ª Que en Galicia hubiera desde antiguo un pueblo llamado «Cervantes».

2.ª Que en toda España no hubiera ningún otro pueblo del mismo nombre.

Aun dada la primera de estas condiciones, si falta la segunda, ya la afirmación del periódico gallego no es más que una conjetura insuficiente, como dice doña Emilia. Pero si faltan las dos, entonces la tal afirmación no es más que uno de esos fenómenos de «contagiosa locura regional», hoy harto frecuentes.

Y el caso es que falta las dos, efectivamente. Es decir, que de esas dos condiciones ó suposiciones ninguna es cierta.

En primer lugar, en Galicia no hay, ni se sabe que haya habido nunca, un pueblo llamado «Cervantes».

Lo que ha habido en Galicia, en la provincia de Lugo, es una comarca, una «jurisdición» con ese nombre, compuesta de 16 parroquias, y éstas de muchos lugarcillos, distintos perfectamente entre sí, y cada cual con su nombre, sin que ninguno de ellos se llamara «Cervantes».

De esta antigua jurisdicción, llamada de «Cervantes», no porque se llamara así ninguno de sus pueblos, sino por alguna otra causa, quizá por haber ejercido en ella algún Cervantes el señorial dominio, que en los últimos días del antiguo régimen ejercía el conde de Grajal, título que hoy lleva el marqués de Alcañices; de esta jurisdicción de «Cervantes» con algunas agregaciones se formó en el siglo XIX un ayuntamiento al que se dió el mismo nombre de «Cervantes» que la jurisdicción tenía; ayuntamiento muy extenso, de más de 7.000 habitantes, distribuídos en 21 parroquias y en una infinidad de pueblos, ninguno de los cuales se llama «Cervantes».

Dos de las mencionadas parroquias, que tienen por titulares una á San Pedro y otra á San Román, llevan el «Cervantes» como apellido, para distimguirse de otras no lejanas que tengan los mismos santos por patronos, llamandose San Pedro «de Cervantes» y San Román «de Cervantes». La primera la componen ocho ó nueve pueblos, que se llaman: Chandeiro, Robledo, San Pedro, Paderne, Casas del Río, Villanueva, Villar de Mouros, etc., sin que ninguno se llame «Cervantes». La otra parroquia la componen sólo dos pueblos: Seijas y San Román, éste con título de villa y con Casa-Ayuntamiento; Tampoco aquí hay pueblo que se llame «Cervantes».

Sólo por lo dicho es ya muy inverosímil que el apellido «Cervantes» proceda de esta comarca de Lugo; pues los que antes de la formalización de los apellidos salieron de ella se llamarían de Chandeiro, de Robledo, de Villanueva, de San Pedro, de San Román, etc., pero no de «Cervantes», porque no ha solido tomarse apellidos sino de entidades concretas de población; no de comarcas, sino de lugares, villas y ciudades. Nadie suele llevar el apellido «de la Alcarria», no siendo la miel, aunque muchos lleven los de «Cifuentes», «Mondéjar», «Humanes», etc.; nadie ha solido llamarse Juan de Extremadura, ni Pedro del Vierzo, aunque hay Trujillos y Villafrancas, ni el compañero de Cortés desmontado en la batalla de Tláscala se llamó Pedro «de Andalucía», sino Pedro «de Morón»; ni el festivo autor de «La Cena» en redondilla se llamó Baltasar «de la Mancha», sino «de Alcazar»; ni tú, mi querido amigo, que eres el orgullo de Aragón, pero procedes muy probablemente del Campo castellano de Muñó, del antiguo «Partido de Cam de Muñó», tampoco te llamas Mariano «de Cam de Muñó», ni Mariano «de Muñó», sino Mariano «de Cavia», nombre de uno de los pueblos del «Campo».

Quedamos, pues, en que falta la primera condición necesaria para que la oriundez gallega de Cervantes, fundada en el apellido, sea sostenible; porque en Galicia no hay ningún pueblo llamado «Cervantes», del que pudiera haberse tomado el apellido.

Donde le hay es en León. De manera que también falta la condición segunda; es decir, que la segunda suposición, la de que, fuera de Galicia, no haya pueblo llamado Cervantes, tampoco es cierta.

En el antiguo reino de León, diócesis de Astorga y provincia de Zamora, está el lugar de «Cervantes», una legua al Nordeste de la Puebla de Sanabria, á cuyo partido judicial corresponde. Concejo independiente desde la Edad Media, en la primera época constitucional formó también Ayuntamiento por sí; pero más tarde fué agregado al de Robleda, como otros pueblos del contorno.

Ahora bien:existiendo este lugar de «Cervantes», y siendo el único de este nombre en España, parece probable, con una probabilidad rayana á la certeza moral, que de este lugar del reino de León procede el apellido «Cervantes», y que de este lugar del reino de León salieron los ascendientes del Príncipe de los Ingenios.

Esto atendiendo solamente á lo que enseña la Geografía.

Pero hay más, hay algo más.

Es opinión común entre los cervantistas que los personajes de las novelas de Cervantes fueron personas de carne y hueso. No me dejará mentir nuestro buen amigo Rodríguez Marín, que nos ha dicho ya en un libro precioso quién era «El Loaisa de «El Celoso Extremeño», y nos va á decir pronto, según tu artículo de ayer de ayer mañana, quién era «Espartafilardo», quién era la «Trifaldi», etc.

Y si eso se cree de los personajes cervantinos en general, respecto de algunos en particular se afirma con seguridad completa. No hay nadie que dude, por ejemplo, que en la «Historia del cautivo», intercalada en el Quijote, contó Cervantes su propia historia.

Bueno, pues la «Historia del cautivo» la empezó Cervantes con estas palabras:

«En un lugar de las montañas de León tuvo principio mi linaje...»

Para dar todo su valor probatorio á esos dos renglones hay que advertir que el mencionado lugar de «Cervantes» está en las estribaciones de las sierras de Cabrera y Peña Negra, continuaciones de la sierra del Teleno, divisoria de las cuencas de los grandes ríos leoneses, el Esla y el Sil, y que estas sierras se llamaron antiguamente y en todos los mapas aparecen rotuladas con el nombre antonomásico de «Montañas de León», el mismo empleado por Cervantes, que conocería la existencia y situación del pueblo por referencias de su padre, y le tuvo presente cuando escribía...

Enlácense ahora con los anteriores datos geográficos incontrovertibles las pruebas de congruencia que suministra el Quijote; considérese especialmente el hecho de haber comenzado Cervantes con las palabras transcritas una historia que, aunque no sea puntualmente la de su vida, es indudable que está formada con los episodios principales de ella, la batalla de Lepanto, el cautiverio de Argel, su rescate y libertad; considérese que es el mismo Cervantes quien dice: «En un lugar de las montañas de León tuvo principio mi linaje», y que hay precisamente en esas montañas un lugar llamado Cervantes, sin que haya otro en España...; y habrá que convenir en que es muy probable, casi seguro, que de ese lugar leonés proceda el apellido Cervantes, y que de él es oriundo, más ó menos á la larga, el autor del Quijote.

Tuyo afectísimo...



NOTAS:

1.- En su hora influyente crítico literario y en las posteriores por todos los del oficio denostado. Ninguneado. Digo esto porque sobre su persona únicamente he encontrado referencias tangenciales y malévolamente esquinadas. Supongo que no será porque católico a machacamartillo cerraba sus obras con la siguiente PROTESTA: "Si alguna cosa apareciere en este libro contraria á la fe católica ó á las buenas costumbres, téngase por no escrita". Alguien llega a llamarle "puchero de insultos". Cuanta envidia y mierda, como si el insulto ingenioso no precisara de más oficio y arte que el elogio - tan común en estos días - histérico y arrebatado. Y puesto que no he sido capaz de encontrar ni una sola palabra sobre su vida en la red, aquí os dejo, a calzón "quitao", una parte de lo que por medios más decentes he averiguado:

Nace en 1844 en Pedrosa de Rey, provincia de León. Aprende latinajos y esas cosa en un estudio que la Diócesis de León sostenía en Riaño. Con 15 primaveras ingresa en el seminario, donde estudia filosofía y teología; medio pijo - no hay otra explicación - se da a la imitación de los versos de Zorrilla, quien con el tiempo sería su amigo-. A punto de ser ordenado cuelga los hábitos y planta el culo en Madrid, donde estudia (tío maniático) derecho Civil Canónico, que es materia que al diablo trae disgustado y engañado. La licenciatura de la cosa parece ser que la obtiene en Vitoria, donde carlisteaba y dirigía un papelucho ("La Buena Causa") que contribuyó a desatar la guerra carlista, o como quiera que se llame tal mierda inacabada. Perseguido por los "tricornios" pasa a Francia, que es el puto recurridero donde todo celtíbero de ideas fijas acaba languideciendo. Cazurro como el solo, en vez de ejercer la abogacía dedica sus días a teorizar sobre el carlismo. Que gilipolladas no se le ocurrirían al tío, pues con ellas bajo el brazo se presenta para diputado y es sin paliativos derrotado. En 1873 se le hinchan los güevos y optando por la acción directa ingresa como voluntario en la facción de sus amores. Un año después - prodigio nunca visto - es nombrado Auditor General del Ejército. Con la proclama de Somorrostro, que da fin a la usual y cainítica contienda entre españoles, vuelve a cruzar la frontera. Poco después, marrulleando como solo los políticos de este solar lo saben hacer, vuelve al corral e ingresa en la Redacción del "Siglo Futuro" , donde su nombre empieza a correr de boca en boca gracias a una sección titulada "Política Menuda". Pero de pluma fácil y nada complaciente salta definitivamente a la fama desde las páginas de "El Progreso" con sus "Ripios Vulgares" y "Ripios Ultramarinos", unos y otros compilados en 1883 en un tomo de gran éxito mediático. En 1885 entra a colaborar en el suplemento literario "Los Lunes" del "El Imparcial", donde enrabietado la emprende con sesudos artículos contra el "Diccionario de la Real Academia de la Lengua" :Estos 105 artículos para no perderse fueron recogidos en "Fe de erratas del Diccionario de la Academia" , libraco al que, a saber por qué, no he sido capaz de echar un ojo encima. Pero para sonrojarse o descojonarse de risa, allá cada cual con sus tragaderas, son sus "Ripios Geográficos", en los que sin contemplaciones y con mucha erudición y fundamento pone en solfa a los máximos responsables de la cartografía nacional: El Instituto Geográfico, La Dirección de Correos, El Depósito de la Guerra, El Observatorio Astronómico, La Dirección de Correos, o cuanto particular calzara bragas no adecuadas a su talla. Que lo suyo era la crítica ácida y destemplada lo demuestra la poca resonancia que sus narraciones y poesías tuvieron. Soltero empedernido nunca perdió sus raíces, y, gracias a sus oficios y dineros, su pueblo natal se vio favorecido con cantidad de servicios poco comunes para la época. Con los usos de los tiempos causándole permanente desasosiego en 1920 se retira definitivamente de la vida literaria (no echo al saco de la vacación el que en 1922 fuera nombrado Cronista de la provincia de León con un emolumento de 3000 pesetas anuales) y se retira a su pueblo, Pedrosa del Rey, como creo haber apuntado.

En sus últimos y misóginos días, imagino al energúmeno, que lo fue como pocos, rodeado de hacendosas sobrinas y resobrinas con más melindres que la despensa de Zapatero; garridos curas trabucaires de aquellos que se vestían "por" do Dios manda e igual desventraban un corzo, que se metían los cuartos de un jabalí entre pecho y espalda, que espantaban, con mérito y rigor bíblico, el prurito vaginal de cuanta beata no tuviera barba; caciques muñidores de diputados; un par de amas envejecidas cuyos gestos amistosos eran puras confesiones semánticas; algún poetastro que imitaba a otro poetastro igual de malo; sus recuerdos, las putas gallinas del corral y algún que otro trajinante con noticias frescas. Palmolife Antoñito de Valbuena el 13 de Marzo de 1929.

2.- Cavia, Mariano. Ese difunto zaragozano de prosapia que tanto sale en las placas de calles y plazas de España. Los columnistas y editorialistas y comentaristas y demás "istas" de los diarios españoles le tienen por avatar -allá ellos- del periodismo moderno. Sus empresas, dirigidas por maestros sablistas que distinguen como nadie las dos clases de culos que hay: los que patear y los que besar, también. Aunque no me extraña, porque son igual de presuntuosos, repetitivos, gandules y amigos del resopón y del dogma. Y otra cosa. Que le pongan velas hasta deslumbrar a Cristo y le recen mucho, porque esto de Internet ha demostrado que hay tipos que escriben mejor que ellos, gratis, sin amos y con más fundamento. Quisiera verles lamiendo los glandes de quienes han de apoquinar su sueldo. ¡Hostias, a que extremo no llegará esta cicatera y cotidiana panda de arrebatiñadores! . Jo-jo jo. Es que me parto de risa... Y si alguien cree que no hablo por lo derecho que lo diga y permita que le muestre, a las claras, en que consisten los plagios malos, extemporáneos y equivocados; los montajes a propósito para ocupar el escenario público; las trapisondas cuyo fin único es el conflicto; las suplantaciones de lo real encaminadas a la obtención de determinadas bicocas; los infames silencios tratados como objeto de negocio... O sea que se jodan y espabilen. Ah, y bon appétit a la hora del acto genuflexo.

Y perdóneseme esta garrula salida de tono, o en todo caso endósese en mi abultado haber garbancero. Igual me da. Pero quienes siguen a este escribidor (nadie me llame blogger, y mucho menos bloguero, que soy un escribidor de los de pluma y tintero), bien saben que cuando leo a tontainas desequilibrados -acaso esto no tenga cura en un país donde tanta atención y mérito proporciona trastear a tontas y a locas con el lenguaje-, pasado el jolgorio inicial la sangre me hierve y me sublevo.

3.- Estamos en 1905:
Rusos y japoneses andan a badajazos ### Noruega se segrega de Suecia ### Un bobo sin causa más aparente, belga él, funda la primera asociación vegetariana (Tratándose de un natural de Bélgica, el país más pazguato y aburrido del mundo, la chorrada como que parece lógica. Todos los vegetarianos a los que conozco -- hablo del occidente del libre mercado-- son de alto poder adquisitivo. A lo mejor el truco consiste en eso: en vitaminarse y mineralizarse a pastillazos, en consumir menos calorías que una piedra y en pasar los crudos inviernos en chozas bien calefactadas) ### Baja a la tumba Julio Verne (A Verne le leí mucho en una biblioteca que tenían los meacamas del Frente de Juventudes; no puedo decir que me apasionara, pero era lo mejor de lo que había. A día de hoy los iluminati de los cojones, esos que quieren hacer creer al vulgo que los íncubos Cartín y Sefrandonio se follaban de madrugada a María Magdalena, le tienen por visionario. Tal, pese a quien pese, comporta no tener ni puta idea sobre la historia de la ciencia) ### En la India, como casi todos los años, se produce un terremoto "quetecagas" ### Alfonso XIII sale ileso de un atentado en París (Eso por no estar en su sitio y meterse en camisas de once varas) ### Se crea en EE.UU. el primer servicio de bibliotecas ambulantes (No me lo acabo de creer; seguiré investigando) ### Se da principio a la producción de la primera fibra artificial: el rayón ### Nuestro amigo Einstein presenta la teoría de la relatividad ### Un ruso que no recuerdo como se llamaba crea la mariconada esa de La muerte del cisne para que luzca tipo la Pávlova ### Tío Koch recibe el Nobel por aislar el bacilo de la tisis ### El Flyer III de los hermanos Wright hace el tábano durante casi 40 Km (Sobre esta pareja de pedaleteros tengo escrita una posada aquí, en Nexus-7. No recuerdo fecha ni ganas que tengo de buscarla) ### Matisse inicia/crea el movimiento "fauvista" ### El capitán y varios oficiales del "Potemkin" son arrojados por la borda en el puerto de Odesa (¡Malhayan los amotinados por no haber anticipado que sus actos darían lugar a una película que algunos hubimos de sufrir en los sotanillos de algún cineclub!. La fauna de aquellos antros estaba compuesta por chinchosos, que de todo sabían y lo que ignoraban lo inventaban; esta especie lo aliñaba todo con las lecturas mal dirigidas de una publicación muy pesada que me parece se llamaba Cahiers de Cinema. Luego estaban los babiecas o palomos, baldragas de oficio que con la boca abierta asentían con admiración ante cualquier zangolotinada que los primeros pronunciaran. Por último estábamos los toriondos, tropilla de manifiesta rijosidad que únicamente acudía al culto ágape por pillar pelo y meterla en caliente. Dado su innegable éxito -- no entraré aquí a detallar las causas, además, como es obvio, sería más adecuado que lo explicara una fémina de las que por allí recalaban -- , estos pejes descreídos a quienes importaba menos que nada el cine francés (ininteligible y hasta hediondo por onanista y cursi), italiano (lacrimógeno y alpargatero), sueco (críptico por falta de otras virtudes y solo soportable con el ánimo empapado de "maria")... eran, digamos que a partes iguales, admirados y odiados. Era de puta risa contemplar el careto de lechuga que le quedaba al hierofante de turno cuando uno de estos palpabragas le levantaban a una chavala. Con lo apuntado, bien pudiera arrastrar al toro que vengo lidiando si no fuera porque acaba de ocurrírseme una pincelada entre sociológica y pintoresca: las gallinitas, que con ese desparpajo las llamábamos, eran mayoritariamente estudiantes de filosofía, derecho, geografía e historia, filología y magisterio; procedían de la clase media y un número inusual de ellas eran hijas de militares. Militaban en un feminismo de pacotilla al que en vez de acción e ideas aportaban un regocijante ardor venéreo. ¡Benditas sean!. Eran entre refinadas y bobaliconas, cuidaban de su aspecto físico con descuidado esmero y gustaban, cuantos sodomitas no hicieron, que las entraran por la puerta trasera; se chiflaban por los libros infumables, los inciensos y demás marranadas orientales; tenían posters de indeseables y manía por las folladas conversadas. A las que hoy sigo la pista y con las que de cuando en cuando tomo una copa son funcionarias de nivel mil y pico, o bien se dedican a la política o la enseñanza. Un número empíricamente alto de ellas malcasaron y están divorciadas, lo cual me resulta natural conociendo a los ciruelos consentidores -- en esta hora (algunos) miembros del establishment y entregados a la demagogia, al populismo y a los delirios oníricos de cuatro macarras con el cerebro saturado de falsos agravios-- que eligieron. Y esta es, pasada por mis calenturientas y festivas neuronas, la percepción que guardo de mi juventud gozosa y de los amables personajes que la dieron sentido. Otra cosa es la que guarden, seguramente más diáfana y objetiva, cada una de aquellas hembras sandungueras que tan escasa ilación menciono) ### Empieza a publicarse la "Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana", hoy Espasa ### España celebra el TERCER CENTENARIO DEL QUIJOTE y, en Galicia, territorio geográfico y psicológico que disculpa esta nota, parece ser que con cachondeo, orujo, espumosos y ganas. Añadamos actos literarios en la Universidad y en los Institutos; música a porrillo, tuviera que ver o no con Don Quijote (entresacados al vuelo de prensa de época: Canto de los Almogávares, pieza de mucho efecto y lucimiento en la que sonaron cañonazos y fusilería, y que finaba con un aparato pirotécnico que asustaba; los "intermezzos" más resultones de Cavalleria rusticana, acaso para conmemorar el paso de Cervantes por Italia; fragmentos de cualquier zarzuela que la banda tocara sin desatino; y con menos razón que otra cosa el pasadoble Machaquito, Aires Andaluces y valses...) ; saltimbanquis y comefuegos en los intermedios de los discursos, doctos, almibarados o emocionados, que al común igual le daba; procesiones cívicas muy a propósito para sacar tajada en las elecciones provinciales; disparo de bombas, carrozas alegóricas y arcos triunfales; verbenas, luminarias y batallas florales; Cortes de Amor compuestas por señoritas que con voz meliflua destrozaban cualquier romance que les viniera a mano; gañanadas con más sal gruesa que fundamento paridas por consenso en algún Círculo Católico de Obreros, o gremio, o cofradía, o ateneo, o institución asimilable. Pero en ocasiones de lo que se trata es de sacar pecho, de asegurarse cierta preeminencia. Pongamos Pontevedra: Es por la mañana y hay una celebración conmemorativa en la iglesia de Santa María. Pugnan por un sillón, supongo que el más principal y rechuli, un teniente coronel y el presidente de la Audiencia. Ya estamos, a la greña las Armas y las Letras... tantas veces conjuntadas. Tras una afilada esgrima verbal -- en la que una parte es sospechosa de fanática chifladura y la otra de ebriedad -- las letras resultan vencedoras. Ofendida por el desaire sufrido en su cabeza visible, la milicia invitada abandona el templo con sofoco y atropello, abominando del Quijote y de Cervantes. De los convites con proclamas a imitación de las bodas de Camacho mejor ni hablo. Corto y cierro.

4.- Doña Emilia Pardo Bazán (La Coruña 16 de septiembre de 1851 - Madrid 1921), claro. Condesa de ídem, hija única, desposada mocita, viajera y buena conocedora de la literatura europea (Conoció en profundidad, y con los intríngulis genuinos del idioma, a Shakespeare, a Víctor Hugo, a Alfieri, a Goethe. En 1875, cuando regresó de su periplo por París, Londres, Bruselas, Italia, Viena, Suiza..., desconocía sin embargo a Galdós, Valera, Pereda, Alarcón...). Cuentista, critica literaria y novelista. Juro que mi condiscípulo Pep Campoy, el "Menut", ha leído por lo menos un par de libros suyos. Este escribiente que de Pascuas a Ramos os azota lo ha intentado con algunos pero no ha podido (en cuanto a sus novelas se refiere, digamos que las encuentra cuajadas de una mística de la naturaleza que le repele, sin protagonistas bien definidos, de una ética indistinguible en ocasiones del sentimentalismo, bobaliconas, primitivas y enjalbegadas de Zola y otros autores rusos que no menciona porque con la calorina se le hace cuesta arriba. Con todo, Doña Emilia sale en los libros como representante del "naturalismo", que es -- sin matices -- una desviación del realismo y a veces una misma cosa. En fin, yo me entiendo...).


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BARRA LIBRE


«HIC ET NUNC»

Quieren barnizar un armatoste que me sirve de mesilla de noche y me dan una voz de aviso para que retire la morralla que la ocupa. Después de enlabiar un reniego y antes de levantar el culo del asiento, trato de ejercitar la mente haciendo memoria de lo que nadie se atreve a cambiar de sitio. Visualizo, por así decir, un abanico, una pequeña radio con auriculares y otra más grande, ¿un telefonino?, una jarra con todo tipo de elementos de escritura, unas gafas en su psicodélica funda, un Cronómetro Obrero que fue de mi abuelo, una vela aromática sobre un posavasos metálico, un bote con polvos compuestos por Ictiol + Mentol + Esencia de Lavanda + Talco (a ojo de buen cubero diría que en una proporción superior al 98%), una calculadora, un pequeño bol con caramelos, una armónica diatónica, una agenda digital de la que por pereza ni las instrucciones he mirado, un estuche -- precioso -- con media docena de escalpelos que uso para abrir el correo, otro estuche con un diminuto juego de ajedrez, un paquete de pañuelos de papel, una lupa y el monedero.

Papeles y libros debe de haber un ciento. Sin forzar demasiado y dejando a un lado menudencias, esta es la cuenta que me sale: Cinco blocs en los que voy tomando notas por temas ### Librillos de instrucciones que ni pienso mirar ni he mirado ### Cuatro informes con los que estoy trabajando: 1).- "Sobre la modelización de sistemas y procesos químicos", 2).- "Materials Science and Engineering for the 2000s", 3).- "Sonoquímica" (esto es, aplicación de los ultrasonidos en química), 4).- "Very High Resolution Spectroscopy with Photoelectrons: Excited State Spectroscopy and Dynamics".

Agregar al monto el siguiente material editorializado: Un diccionario que ya era viejo -- y paradójicamente más nuevo que los actuales -- cuando a Cristo le sonaban los mocos ### Tres tomos, no recuerdo pertenecientes a qué volumen/s, del XVº CONGRESO DE HISTORIA DE LA CORONA DE ARAGON ### Un libro de Cantarino, Vicente.- "Entre monjes y musulmanes. El conflicto que fue España". Editorial Alhambra. Madrid, 1978 (A éste en particular -- y a otros semejantes ubicados fuera del ámbito que describo -- le he abierto la bragueta por adquirir un cuerpo de antecedentes con los que juzgar a los islamitas que, subejecutores de a saber que mentes alucinadas, metódica y subrepticiamente nos están invadiendo. Me siento como un viejo godo y todo lo que despida tufillo mahometano me da mala espina. En realidad soy un tipo que, tras el natural estudio y la subsiguiente meditación --sépanlo los babastibias que luego me lloriquean-- cultiva con esmero fobias y prejuicios y disfruta con ello; un tipo, aclarémoslo, enemigo de las palabras huecas y tolerante consigo mismo. De ahí que --aparte del desprecio intelectual que me merecen-- me despepite de risa con esa colla de póngidos sietemesinos que lleva la Alianza de Civilizaciones* en su sermonario) ### Está también la "COMEDIA DEL HERRADOR" de Pedro Aretino, en una edición facsímil de la publicada en 1908 en la colección clásica de obras picarescas dirigida por Joaquín López Barbadillo ### Atlas mundiales de los que uso y abuso hay tres, dos generalistas y uno histórico ### Marcado para continuar su lectura en el capitulo 179 (no asuste lo abultado de la cifra, puesto que los capítulos se numeran siguiendo el orden de los números primos) tengo "EL CURIOSO INCIDENTE DEL PERRO A MEDIANOCHE", de Mark Haddon, una novela diáfana, inteligente, sabia; original como ella sola. A los escépticos estoy seguro que les encantará ### Más abandonado que ninguno se encuentra "The Global Climate" de Houghton, J.T. ### Citar por último "La noche del oráculo" del pretencioso Paul Auster ### A más de estos y alguno del que me haya olvidado ("Las aventuras del valeroso soldado Svejt", recuerdo de pasada) hay unas cuantas revistas de pelaje vario, así como el libreto de la ópera "Nixon en China".

* Y la casa sin barrer, naturalmente.

Quienes en verdad necesitan de una desinfectación -- puesto que tienen el recipiente de las ideas, aparte de diminuto, a rebosar de mierda y moscos pestilentes-- con altas dosis de alianzacivilina están aquí, entre nosotros, malmetiendo, creando enfrentamientos, aireando afrentas supositicias, chantajeado al estado "de todos" para conseguir plusvalías políticas. A estos tocacojones les conoceréis porque salidos del mundo subterráneo de las ratas, incomprensiblemente montan cochazos al estilo de los chuloputas más desalmados.

Cierto es que viniendo de quien viene la mamonada, pronunciada primero por un ayatolá necesitado de la compresión de Occidente, tampoco es para tirarse de los pelos. Aquí y ahora la idea me recuerda a ese tipo bifronte de taberna: simpaticón, buen compañero de mus, amigable y convidador que, de puertas adentro, en su casa, mantiene a media ración a los hijos, escupe en el café de la suegra, patea al perro y, día si y día también, solmena contundente a la mujer. O sea a un tipo bien vestido, bien peinao y con los mocos en las cejas.

Y quien me entienda, me entienda, que yo bien me entiendo.


«FESTINA LENTE»

Y ahora, sin más vagar, terminemos de roer este hueso.

¡Válgame el diablo. O yo estoy hoy más imbecilizado que de costumbre, o ha de haber en mi caletre algún virus que me incapacita para despotricar contra la clase política, perrada toda ella sin distinción que tan merecidamente acreditada tiene mi malquerencia!

A uña de caballo:

De inmediato colocaré (¡YA!) un bebedero de carga automática que he fabricado para los pájaros que juerguean en los arbolillos del patio. Son desde hace años, estas avecillas, una de mis tareas voluntarias más deseadas. Luego haré una porrada de millas para recoger en Madrid a un tipo (no se si licenciado o doctor o cualquier otra de esas pretenciosas mariconadas con las que ellos se denominan y que servidor tan mal entiende, acaso porque la ostentación es un idiotismo que me embaraza) que me mandan desde Tijuana, la ciudad de las "muertitas desarropadas en descampado". Solo espero, por su bien, no se trate de uno de esos indigenistas que apalizan al personal con vernáculos agravios. Y si fuera así, una de dos: O le doy una dilatada lección sobre los jeroglíficos fonéticos en idioma nahuatl, o , lo que es más probable, le salto los ojos de una patada en los cojones y le echo a la cuneta de la puta carretera, lamentando profundamente, eso si, no poder encerrarle durante una noche en el "Gabinete de Curiosidades Naturales" donde esconden a los especímenes* (hasta ahora no he podido distinguir con precisión su sexo, aunque hay voces que aseguran ver en los abortos hembras ) que representan en Vitoria a no se que cosa de las tierras vascas. ¡Cagüendios, como ha podido degenerar tanto la sabiniana "Raza"!

* Es bueno y de agradecer que la parada monstrual venga a demostrar no ser cierto ese refrán que dice: "La cara es el espejo del alma". De ser al contrario, y vistos los caretos de las implicadas (me he guiado en el género por lo expuesto en el paréntesis del párrafo anterior), el emperador Lucifer andaría buscando plaza entre los cleptócratas de Bruselas; Belcebut, príncipe de rango, seguramente se la chuparía a algún prisaico por encontrar acomodo en las telenecedades de Polanco. Su satélite Asthorot, en el infierno respetado y en España poco menos que puta de rastrojo, por ahí perdido gastaría sus horas, seguramente haciendo cola en algún partido para que le crearan un puesto a su medida (Ignora el pobre hijoputa que de conseguirlo terminará como magistrado). Luciugo y Satania es seguro que encontrarán quehacer sumiéndose en las entretelas de Berberecho y del cucharetero espinacoronado (aseguro que en la famosa fotografía no reía por burla, sino por felicidad y gozo, que encontrar un aditamento a la medida de su perol no se ve todos los días), pero durante poco tiempo, naturalmente, porque en cuanto cojan el paso a semejantes "Padres Tapadores" migrarán al culo de una gallina. A Fleurrute, Sargatona y Neviros les veo en la Moncloa, sirviendo sopicaldos y descojonándose con las necedades infantiles de Zuripeto. Más de un favor me deben estos diañes, y seguro que algo de lo que ocurra me lo soplarán al oído. Os lo pasaré.

OIDO COCINA

He perdido alrededor de veinte o treinta hiperenlaces que ilustraban esta posada, así que habréis de tomarosla cuasi a palo seco, con menos parafernalia de lo que pretendia . Lo siento, ya que comprendo que alguna de las cosas expuestas pueden resultar oscuras. Tengo prisa, empero, a más de que volver a buscarles me produce una abulia infinita. Otro día será. No obstante os prometo solemnemente purgar mi falta durante el viaje que estoy a punto de emprender. Más claro: me impongo subir al pretil de un puente y mear al vacío mientras entono esta cancioncilla que se me acaba de ocurrir:

«En arco al río meo,
cercenando en oro el aire abrasivo,
y viendo lo que veo,
disparo con impulso obsesivo;
luego, con gran regodeo
la sacudo silbador y compulsivo,
ofrecido al río su trofeo»




Y ahora a disfrutar de la calle, de los antros más inverosímiles y de los amigos. A la mierda con los maestros ciruelos que os quieran zapaterozerolizar, que la zapaterozerolada es perogrullesca filosofía para tontainas sin imaginación y carentes de dignidad y juicio. Salud y hasta la próxima.