jueves, abril 22, 2004

Homenaje al libro

Padre Nuestro por los que no leen:

Por los que yacen en la ignorancia
y a la desdicha viven sujetos;
por los que siempre, desde la infancia,
son infelices analfabetos;
por los que cruzan por esta vida
sin un buen libro que les consuele;
por los que llevan el alma herida
de la injusticia que tanto duele,
y nunca hubieron en la lectura
blando refugio, noble maestro...

No saben nada, lo ignoran todo;
van como ciegos, y, en su jornada,
hollan lo mismo, flores que lodo.

Nada aprendieron, no saben nada,
ni la grandeza del firmamento,
ni lo infinito del mar gigante,
ni las conquistas del pensamiento
dan a sus almas ritmo pujante.

Son más que ciegos; su desventura
tiene amargores de pesadumbre.

Dales la Biblia que es lo divino
y al padre Homero, que es sobrehumano;
y a Tomás Kempis, que es el camino
del que, doliente, quiere ser sano.

Dales la gloria, panal de ciencia
de las Moradas, rosas fragantes;
dales la risa, luz y experiencia,
que en el Quijote puso Cervantes.


Marcos Rafael Blanco-Belmonte.




Cirdanesco homenaje al libro en donde se habla de grandes y no secretos amores por los libros y se demuestra que estos no son solo letra.

A veces, cuando el trabajo me da un respiro, sufro un puntazo esquizoide, entro en tromba en el trastero y me pongo a escrutar libros. No es el mío un escrutinio rastacueril de literarios prejuicios como aquel que, cura y barbero, efectuaron en la onerosa - para él y su peculio, claro - biblioteca de N.S. Alonso Quijano. Aunque como se deja ver, pájaros de manga ancha a la hora de coger este o aquel volumen, encastrárselo bajo el brazo y salir zumbando cada uno para su casa a fin de disfrutarlo después de una jarra de vino y un lebrato, los estudiados examinadores manchegos, al fin y al cabo, conspicuos cofrades de "N.ª S.ª de los Libros son un Vicio", difícilmente hubieran tenido una opción más sensata. Ignoraban, claro esta, que todas aquellas fantasías caballeriles puestas en letra impresa y que su amigo, el hidalgo, devoraba como en trance religioso, no eran sino que, la chispa de una Epifanía feliz y numinosa. Y esto porque Quijano, a costa del terruño heredado y de un centón de velas acabadas, estaba reinventandose a si mismo para asumir la categoría de paladín de la raza. Pues, Don Quijote, hijo y nieto de dislates ajenos, no salió a campo abierto para alancear molinos ni probar las engañosas hechuras de hechiceras y magos. Don Quijote, salió a inventar al español moderno, que aun no existía. Nada menos.

Viven mis libros del trastero en un desorden libre y tranquilo, y es mi ocasional escrutinio acritico, más benevolente que razonable. Si el polvo es la barba de los libros, los míos la lucen sinaítica y fiera. Entonces, amoroso les afeito y reordeno. No son libros peores o mejores que los que con aparente preeminencia se amontonan en las estanterías de mi cuarto; son libros, digámoslo así, sometidos a una cura de reposo. Según pinten mis intereses del momento, algunos pueden pasar de la oscuridad a la luz, del zaquizami al palacio. Otros ocuparán su lugar ignoto pero confortable. Supongo que todos los que tengáis la suerte o la desgracia de atesorar libros, entenderéis este continuo rotar que, en cierto modo, delata nuestro camino existencial.

Lo cual que pasaba la navaja sobre el rugoso rostro de un volumen de la "BIBLIOGRAFÍA HISPANO-LATINA CLÁSICA" de Menéndez Pelayo, cuando entre unas páginas dedicadas a Marcial, topé con un opúsculo con el discurso sobre EL LIBRO Y EL LIBRERO que el Dr. Marañón pronunciara, en homenaje que le rindieran los libreros madrileños, allá por 1952. Estamos en vísperas del Día del Libro, así que, pareciéndome el hallazgo providencial, me he permitido poneroslo más abajo. Por si algo en él os chirría inconvenientemente, haceos cuenta del año en que publicamente fue pronunciado, que el autor, al final de la dictadura de Primo de Rivera fue fundador, junto con Ortega y Gasset y Pérez de Ayala de la Agrupación al Servicio de la República, a más que, durante la guerra civil, estuvo en Francia y América expatriado.

Desconozco si a Marañón se le lee hoy poco, mucho o nada. En realidad, de su pluma solo he leído, al completo, el absolutorio "Ensayo biológico sobre Enrique IV de Castilla y su tiempo", sesudo y pormenorizado tratado clínico de este monarca, en el que sostiene la tesis de que Enrique era un esquizoide y un tímido sexual, pero, pese a quién pese, capacitado para la procreación, y que doña Juana, la reina, fue menos mala de lo que los cronistas contemporáneos apuntan. Para Marañón, la infanta Juana tuvo muchas probabilidades de ser hija legítima de Enrique IV, aunque ella y los monarcas fueran víctimas de una de las primeras campañas de mala imagen de la historia. Dicho de otro modo: Enrique era marica pero no impotente.

Con todo, en bastantes de las obras foráneas multidisciplinarias que yo he leído, Ortega, Unamuno y Marañón son los españoles más citados. Algo tendrán, se me ocurre a mi.

Venga, a lo prometido. Marañón al aparato:


HOMENAJE AL LIBRO.

Esta fiesta que periodicamente organizan nuestros amigos los libreros y que dedican, de tiempo en tiempo, a un escritor, no es homenaje al escritor elegido, entiéndase bien, sino homenaje al libro.

El escritor que se sienta en la presidencia, es sólo un ponente del homenaje al libro; o si queréis, en pequeño, el mantenedor de unos Juegos Florales dedicados al libro; Juegos Florales no pomposos, sin Corte de Amor y, además, breves: porque donde el libro esté, nos sobra lo superfluo y la retórica se tiñe de inevitable discreción.

Así, pues, voy a dedicar un sucinto elogio al libro, que como invisible reina de la fiesta nos preside. pero también, y antes, al librero.



ELOGIO DE LA GENTE DEL LIBRO.

Es cierto que este último, el elogio del autor al librero, no es cosa frecuente. Todos sabéis que hay una gran antología de invectivas a los libreros, entre las que figuran las que por boca del Licenciado Vidriera les dedicó Cervantes. Se me dirá que entonces se llamaba librero al editor y hoy no son la misma cosa. Pero yo también extiendo mi amor y mi elogio, al editor. Todo lo que rodea al libro está impregnado, aun cuando no sea perfecto, de un aliento de distinción y de superioridad. Hay en el mundo de la creación del libro, claro es, gentes mejores y gentes no tan buenas. Gentes protervas, nunca. Todas ellas respiran un aire de comprensiva fraternidad, desde el cajista hasta el corrector, hasta cuando en éste se adivina la alegría al poder marcar con su lápiz una falta nuestra, alegría especial si el autor pertenece a la Real Academia de la Lengua. Desde el editor hasta el librero, reina también el mismo espíritu tradicional de amable artesanía. Y, con ellos, el autor. Todos, buenos o medianos, estamos empeñados en esa labor de crear el libro, al cual debe la Humanidad el noventa por cierto -no rebajo nada- el noventa por ciento de su progreso material y moral. Todos tenemos satisfacciones y amigos en sectores diversos de la vida, en nuestra profesión, en el mundo de nuestras diversiones y devaneos. Pero las gentes del arte gráfica son aparte; casi siempre mejores y más cordiales que los demás.



ENVIDIA Y ALABANZA DEL LIBRERO.

Y, particularmente, el librero. ¿Quién no ha sentido alguna vez la más noble y profunda envidia, en la tienda de un librero? Hablo sobre todo del librero por vocación, el que ha hecho de su tienda una biblioteca, o la tienda de su biblioteca y vive entre los estantes, valorando amorosamente cada volumen y cuidándolo como a los hijos de sus entrañas. ¿Cómo, queriéndolos así, no va a pedir por sus libros todo el dinero que pueda? Aquí hay muchos libreros que han tenido trato conmigo, que conocen mis aficiones y las excitan con sus capciosas ofertas; y me han visto entrar en su tienda y serenar mis afanes con sólo acariciar los libros codiciados. Estoy seguro de que ni uno solo podrá decir que he discutido jamás el precio del volumen que deseaba, porque siempre, ese precio, me parecía poco, pensando en la tristeza que tendría su dueño al desprenderse del ejemplar y en la alegría con que yo lo yomaba entre mis manos trémulas.

El librero, piensa uno, es el prototipo de la felicidad. Pertenece a una de las raras categorías de mortales en los que la divina maldición de ganar el pan con esfuerzo y sudor, se ha convertido en fruición. Hasta la emigración de sus amados libros está compensada con el consuelo de saber que su futuro destino será, probablemente, egregio, instruyendo o deleitando a gentes desconocidas y reposando, acaso, en los Palacios más insignes. Escrito está en un periódico de los Estados Unidos, en un interviú que tuvieron la ocurrencia de hacerme, que, al preguntarme el periodista lo que yo hubiera querido ser, de no haber sido médico, contesté sin vacilar: librero, librero de libros raros. Oficio que tiene todas las delicadezas de una elevada artesanía y todas las complicaciones de una finísima ciencia. Sin contar con otras ventajas de orden material, como el pasaporte para entrar donde los demás no entran, pues el librero es recibido en los palacios con dignidad de excepción; sin contar con la ausencia de afanes angustiosos del librero, porque el ímpetu de la vida pasa ante su tienda y la respeta; sin contar, en fin, con el disfrute permanente de ese misterioso influjo que emana de los libros y constituye una de las más eficaces salvaguardias para la salud. Las estadísticas de las grandes Compañías de Seguros, en América, colocan al gremio de los libreros a la cabeza de las listas de longevidad. Eso del polvo de los siglos no es una figura retórica; existe y se sospecha hoy que ese polvo sagrado que el tiempo deposita sobre los volúmenes, al contacto de otros efluvios que emanan de sus hojas, da lugar, por reacciones ignoradas, a una como penicilina, de sutilísima acción, que defiende al organismo del librero de los peligros, de la vida sedentaria, de la falta de luz, del humo del tabaco; y le permite una milagrosa pervivencia.

Pero aunque el librero no fuera tan excelente como es, aunque, en verdad, algunas veces no sea como yo le he pintado, todo se le perdonaría por el hecho de poner su ingenio y su esfuerzo, y si es preciso sus mañas, en la difusión de la obra maestra del genio humano, es decir, del libro.



NO HAY LIBRO MALO.

Del libro se han dicho ya todos los elogios y a mi corta inventiva no le queda nada que añadir; pero, a trueque de repetir lo que, mejor que yo, han dicho los demás, reflexionemos unos minutos sobre lo que es y sobre lo que representa el libro.

Yo suscribo, ante todo, la sentencia de Plinio, popularizada entre nosotros por Cervantes, de que no hay libro malo que no tenga algo bueno. Pero voy más allá: yo diría que enteramente malo no hay libro ninguno. Por lo menos yo no les he encontrado, a pesar de mi voracidad de lector. Cierto que los gobiernos y los moralistas tienen que hacer uso, a veces, del índice prohibitivo y de la censura; pero se trata siempre de medidas transitorias, encaminadas a devover la salud de la agitada Humanidad. El que el médico prohiba a un paciente los dulces o el roast-beef, no quiere decir que estos alimentos sean malos sino que hay personas a quienes les hacen mal. Pero muchas veces cuando los médicos obramos así, cuando imitamos a Tirteafuera nos equivocamos; y la censura que imita a los médicos gangosos, se equivoca también. Porque los libros no se escriben para los enfermos sino para los sanos, para la ancha y eficaz Humanidad creadora de la civilización que todo lo digiere y lo aprovecha. El libro vence siempre al recelo de los puritanos. Y así, cuando, por ejemplo, releemos hoy los indices inquisitoriales de hace tres siglos, nos llena de ternura el pensar que aquellos libros que se creyeron malignos no lo eran casi nunca, y que hoy podemos leerlos, y hasta en los conventos se leen con la conciencia en paz; y los leemos con un amor redoblado, en el que hay mucho de desagravio y de contrición.



EL TIEMPO SUBVERSIVO CREA EL LIBRO SUBVERSIVO.


El libro verdaderamente disolvente e inmoral, el libro fundamentalmente impío, no ha sido nunca invención creada para perturbar a la sociedad en que brotó. Han sido siempre, por el contrario, producto de los males de esa sociedad, expresión de un estado anormal o subversivo, que cuanda alcanza una determinada densidad, cristaliza en muchas cosas y, entre ellas, en el libro. El libro malo es siempre un epílogo de la maldad colectiva y nunca su creador. Es muy cómodo, al crítico o al moralista, decir que la culpa de lo que pasa es de los libros. Éste es el consabido criterio de tomar el rábano por las hojas, que en el fondo significa un modo de eludir la propia responsabilidad. Sería muy fácil, si no estuviéramos celebrando, de sobremesa, unos breves Juegos Florales, demostrar a los que encuentren atrevida o inexacta esta opinión mía, que cada libro que ha podido ser tachado de malo, se limitaba a recoger un estado de opinión cuya responsabilidad databa de mucho antes de que el autor naciera. Hay libros que parece que han hecho una revolución, una revolución mala -yo no admito que ninguna sea buena-; pero, aun en estos casos, se trata de un simple espejismo, comparable al de creer que las batallas las gana el que agita en el aire la bandera. Podrá el abanderado encender el fervor del combatiente; pero no es él, el que ha creado el fervor. Y cuando el fervor pasa, la bandera ya no es capaz de ganar batallas. Lo mismo les pasa a los libros reputados de perturbadores.

Es más, el libro es, en las horas de calentura pública, lo que los médicos llamamos un absceso de fijación, es decir, una enfermedad localizada que atenúa la general. El libro sistematiza y da estructura doctrinal a las pasiones, incluso a la mala pasión. Y la naturaliza y aniquila; porque la pasión muere siempre por el pensamiento.



LA MALICIA DEL QUE ESCUCHA.

Dice un proverbio chino que la malicia no está en lo que se dice, sino en lo que se escucha. La malicia está en el ojo que ve lo que él quiere ver o en el oído que percibe lo que anhela su mala curiosidad. Y esos que tienen el alma turbia son los que achacan al agua clara su propia confusión. La gran meta de los moralistas no consiste en poner trabas al pensamiento, que fué creado por Dios, amasado con pasiones y las pasiones no pueden ser siempre angélicas. La obra de los moralistas consiste en crear en el lector el sereno criterio que le haga inmune a todo lo que no sea justo. Cuando se pueden leer los versos de Ovidio sin sentirse pecador o El Capital de Carlos Marx sin lanzarse a la calle para increpar a los burgueses, es cuando se ha logrado elevar al hombre sobre el nivel del animal, esclavo de sus instintos.

Esto, por lo que toca a los libros malos, si es que los hay, si no son, como yo creo, hasta cuando son peores, males transitorios, bomberos que apagan el fuego aunque estropeen la casa o vacunas que producen fiebre pero evitan la gran enfermedad. Mas, admitamos que hay libros malos. De todos modos, nos quedará el infinito mundo de los buenos.



EL LIBRO BUENO

El libro bueno es el amigo ejemplar que todo lo da y nada pide. El maestro generoso que no regatea su saber ni se cansa de repetir lo que sabe. El fiel transmisor de la prudencia y de la sabiduría antiguas. El consuelo de las horas tristes. El que hace olvidar al preso su cárcel y al desterrado su nostalgia. El sedante de los grandes afanes, que va donde quiera que vayamos, con nuestro dolor. El mentor de las graves decisiones. El que ablanda nuestro corazón en los momentos de dureza, o nos vigoriza cuando empezamos a flaquear. Y después de ser todo esto, tiene la soberana grandeza de no hipotecar nuestra gratiyud. Una vez leído lo volvemos sencillamente al estante, o lo dejamos olvidado en el asiento de un tren. Es igual. Ni nos pedirá cuentas de lo que nos ha dado, ni nos guardará rencor si no se lo hemos agradecido.

Pensemos en lo que es una biblioteca. Cualquiera otra exhibición de la inteligencia humana, por ejemplo, el más extraordinario Museo de Arte, es sólo lo que son los cuadros o los objetos preciosos y lo que sugieren al erudito y al poeta. Pero, en los estantes, donde inmóviles y como momificadoas se aprietan los libros, hay un mundo vivo e infinito, que no se cansa de esperar y que se nos da generosamente, sin más que alargar la mano y abrir sus páginas. El pasado, el presente, el porvenir, todo lo que fué y todo lo que supo su autor; y su vida y la de su tiempo; todo está allí. Y muchas cosas más que el autor va poniendo sin darse cuenta, en el papel, cuando escribe. Porque a través del hilillo de tinta, corre un flujo de humanidad palpitante, cuya fuente está en la misma divinidad. Y así, en los libros revive, lleno de fervor, el ímpetu de los héroes y el ingenio de los descubridores; y la duda y la cautela, la gracia y el amor; y hasta el trémulo e imperceptible vuelo de las almas que ascienden a Dios, ahí está, como si acabara de brotar de un tránsito de Santa Teresa o de un sueño inefable de San Juan de la Cruz.



LA HUMANIDAD SIN LIBROS.

¿Qué habría sido de la Humanidad sin libros? Suprimid todo lo demás con la imaginación; y quedarían los hombres quizá más infelices en lo material, pero en el fondo, con sus almas iguales a las de los hombres ahora, tendiendo siempre, que éste es nuestro insigne destino, hacia la perfección. Pero sin libros el amor y la bondad, el consuelo de las horas lúgubres, la fe en el porvenir y en el más allá, hubieran quedado reducidos a un pqueño número de privilegiados, a los santos y a los héroes.

La palabra es el instrumento celeste. Pero la palabra hablada está encerrada, para siempre, en la cárcel del espacio y del tiempo. El libro la hace universal e inmortal.



PERFECCIÓN INICIAL DEL LIBRO.

Nada da idea de la excelencia de un libro, como, aunque parezca paradójico, su incapacidad para progresar. Reparemos que toda hobra humana está, por el hecho radical de su humana imperfección, sujeta a la aspiración inextinguible de mejorar. Sólo la obra de Dios está por encima del progreso. La Primavera es, cada año, la misma obra maestra y sobrenatural desde la primera vez que surgió en la vida de los mundos hasta ahora, la misma en nuestra vejez que cuando éramos niños. Sólo ha cambiado nuestra capacidad de valorarla. Y si un almendro que florece dejaba indiferente al hombre de las cavernas y nos estremece hoy, es porque hemos añadido a la estupenda realidad de la Naturaleza, la emoción literaria, que es obra del libro, y el libro, artífice del progreso, es, como la Naturaleza, siempre igual.

Cuando salimos, estos días, de visitar la maravillosa exposición del milenio del libro español, junto con el orgullo nacional, nos emociona la consideración de que el mundo que nos aguarda fuera, está lleno de maravillosos adelantos que no pudieron ni siquiera soñar los hombres insignes que escribieron y que pusieron en las prensas aquellos ejemplares de mil años atrás. Y sin embargo, el libro mismo, que ha sido la varita mágica creadora del milagro, es hoy exactamente lo mismo que entonces, quizá, en algunos aspectos, peor. El libro nació perfecto. Casi como nacen las obras directas de la mano de Dios.



GENEROSIDAD DEL LIBRO

Perdonad estos entusiasmos de un hobre que no aprendió, como el Príncipe de la leyenda, todo en los libros, sino que, después de haber aprendido todo lo que pudo en la vida, se ha dado cuenta de que no había en la vida nada que fuera mejor que lo que los libros han dicho ya. Perdonad estos entusiasmos a un creador impenitente de libros. Libros buenos o malos, pero engendrados por el puro afán, afán más que vanidosa intelectualidad de noble y clara artesanía, de verlos surgir de la nada y de verlos correr por el mundo, sin pensar que pudieran devolverme ningún bien; como el avaro que crea su riqueza, no para ser poderoso sino por el gusto de haberla creado.

Solo que para el autor con vocación verdadera, su riqueza, su obra, es indefectiblemente de todos; y, por ello, su creación, el libro viene a ser la forma más pura y patética de la generosidad.


MARAÑON (Gregorio).- EL LIBRO Y EL LIBRERO (En la Fiesta de los Libreos de Madrid, 12 Diciembre 1952).- Espasa-Calpe. S.A., Madrid, 1953. 30 págs. (18 X 13), encuad. rustica, tipogr. port. a dos colores.


A modo de marañoniana bibliografía.

Tres ensayos sobre la vida sexual; Amor, conveniencia y eugenesía; Amiel, un estudio sobre la timidez; Ensayo biológico sobre Enrique IV de Castilla y su época; El conde-duque de Olivares (la pasión de mandar); Ideas biólogicas del Padre Feijoo; Tiberio, historia de un resntimiento; Luis Vives (un español fuera de España); Tiempo viejo y tiempo nuevo; Vida e historia; Elegía y nostalgia de Toledo; Don Juan: Ensayos sobre el origen de su leyenda; Antonio Pérez; Raiz y decoro de España; Ensayos liberales; Españoles fuera de España...


DE EXCESOS Y BIBLIOPATIAS.

Como en todo, entre quienes aman a los libros, también hay mucho enfermizo y exagerado. Cuenta mi extinto amigo D. Inocencio Ruiz Lasala:

El amor al libro ha despertado, en todos los tiempos, pasiones tan fuertes y dramáticas, como las inspiradas por el juego, el vino y las mujeres*. A muchos les ha impedido vivir con holgura, a otros les ha llevado al sepulcro. Antes de dar referencia de unas pocas bajo el signo trágico, daré preferencia a dos de tono algo humorístico:

Guillermo Budé, entregado a la lectura de Virgilio, contestó un día a la sirvienta, que, asustadisima, le anunciaba que la casa ardía: "Te he dicho muchas veces, que las cosas de la casa se las cuentes a la señora".

Teodoro Turnebe, el eminente helenista, el día de sus nupcias, se olvidó de ir a la iglesia, tan embebido estaba en la lectura de los clásicos.

Agobiado por la pena, al ver flotar en el Sena, cuando el saqueo del Arzobispado de París, en 1831, los libros que en otro tiempo había catalogado y ordenado el publicista y librero Colnet du Ravel, falleció a los pocos días.

El naturalista y explorador alemán Emilio Bessels, que perdió en un incendio sus manuscritos y biblioteca, se suicidó por no poder consolarse de golpe tan cruel.

Jules Claretié, que había donado su rica coleción de libros románticos a la Biblioteca del Arsenal, de París, compareció un día pobremente vestido ante el director de la biblioteca, le pidió permiso para hojear sus libros, y dos días después se quitó la vida.

Y, por último, el Marqués de Chalabarre murió de un ataque de desesperación al no poder adquirir un ejemplar de cierta obra, que en un momento de buen humor había inventado Charles Nodier.

En cuanto a las influencias Psíquicas que han suscitado, baste recordar Margarita Gautier, de Dumas (hijo), y el Werther, de Goethe.


*Cosa insólita me pareció, mientras tomaba notas de aquí y allá para ilustrar esta posada, que buen numero de autores, igual clásicos que contemporáneos, recurrieran al genero femenino para hacer más entendible y feliz su idea de lo que un libro es. Así, por ejemplo, dice Malatesta: "Mi familia son los libros, mi hogar, cualquier biblioteca. Quisiera que la Humanidad hubiese hablado un idioma en todos los tiempos, para leer los libros de todos los pueblos. La pasión por el libro me ha proporcionado días de inefables goces y de pesares sin cuento. Porque un libro, como una mujer, ama como aborrece, se entrega o se resiste, es fiel o inconstante, acaricia o maltrata, hace reír o llorar, y, a veces, dormir profundamente".


Se acabó. Venga, a ser felices y leer mucho.
Publicado por Don Gaiferos en 3:48 p. m. |  
Etiquetas:
domingo, abril 18, 2004

"Tragar Quina"

Cosmic Gall

Neutrinos, they are very small.
They have no charge and have no mass
And do not interact at all.
The earth is just a silly ball
To them, through which they simply pass,
Like dustmaids down a drafty hall
Or photons through a sheet of glass.
They snub the most exquisite gas,
Ignore the most substantial wall,
Cold-shoulder steel and sounding brass,
Insult the stallion in his stall,
And, scorning barriers of class,
Infiltrate you and me! Like tall
And painless guillotines, they fall
Down through our heads into the grass.
At night, they enter at Nepal
And pierce the lover and his lass
From underneath the bed - you call
It wonderful; I call it crass.

Por John Updike, Shillington, Pennsylvania, 1932.




Y al sufrir con paciencia... "Tragar Quina" le llaman.

Suena el teléfono. Es Juanito Palacios, un peje que lleva casi cuarenta años desasnando a galleguitos y aún no ha perdido su acento gaditano. Le consta mi estancia en la ciudad porque ha visto mi cabalgadura trabada a la puerta del hotel que sabe frecuento. Me invita a comer a cambio de que largue una charleta a dos grupos de alumnos de 2º Curso de Bachillerato. O tiene gran necesidad de alguien que le rellene unas horas de la semana cultural o mucha y tenaz hambre me supone. Imposible de todo punto negarme: el profesor Palacios me enseñó la cosa esa de las derivadas e integrales hace un montón de años.

Cogemos un transbordador y cruzamos la Ria para llenar la andorga en un afamado figón de Moaña. Con Juanito va su hijo Amaro, un treintañero a sal curtido, discreto y poco hablador que tiene en Vigo una tienda de efectos navales. La directa ascendencia del "chaval" sobre los mares nos lleva a hablar de navegantes y barcos. El negocio naval, tan inseparable de la cultura e historia española, me mueve a proponer una disertación - lúdica, ligera, anecdótica - sobre la astronomía y matemática contenida en los regimientos de navegación del siglo XVI. No cuaja la idea. Dice Juanito que a un tranco de las vacaciones no están los gañanes para números ni agujas que marean. Tampoco le parece oportuno que me explaye sobre los más sonados treponemazos de la historia.

Al fin, convenimos en que hable sobre la quina y las expediciones científicas realizadas al continente americano durante el siglo XVIII. Una buena ocasión para hablar sobre Hipólito Ruiz López y José Antonio Pavón Jiménez, primer y segundo botánico de la expedición ordenada por Carlos III en 1777. Y no tengáis esto por baladí, pues estas expediciones significaron un inmenso enriquecimiento en los campos de la botánica y farmacología. Pero a quien citare con más gusto será al gran José Celestino Mutis y Bosio, acaso el español con mayor reputación internacional en los círculos científicos de su tiempo: Humboldt(1) le llamaría "patriarca de la botánica" y Linneo dio en su honor el nombre de Mutisia a un género sudamericano de plantas compuestas. En realidad, Linneo concretó su estudio sobre la quina(2), en 1764, gracias a los ejemplares que Mutis le enviara (variedad Loja, creo recordar; salvedad que hago porque los botánicos anteriormente citados describen -1792- hasta siete especies en su capital obra: "Quinologia o tratado del Arbol de la Quina" (3))

A la literatura quinológica la pasare por alto, que no veo a la tropilla del profesor Palacios dispuesta a pasar, sin un bostezo, por cosa tan "mundana". Y eso que, a ellos, que tan licoreros son según me cuentan, para nada les estorbaría conocer la muy conocida y difundida obra de José Alsinet de Cortada: "Nuevas utilidades de la quina", en la que se describe un método para aliviar el amargor (el extracto directo de corteza de quina que he tenido ocasión de probar amargaba hasta la nausea) sin eliminar sus propiedades.

Pienso también hacerme con un mapa sobre el que explicar las líneas fundamentales del comercio y la difusión de la quina en la "Europa Ilustrada". Las grandes partidas de quina, recolectadas en los montes peruanos de Loja, Latuna, Ama, Cajanuma, Yunza..., solían almacenarse, después de haber sido secadas a pie de obra, en la ciudad de Malacatos, desde donde era trasladadas primero a Callao y luego, por vía marítima, hasta Guayaquil; por ultimo cruzaban el Atlántico hasta ser desembarcadas en Cádiz(4), desde donde eran trasladadas a la Botica Real de Madrid(5) para su análisis: Debido a las vicisitudes de su almacenamiento y transporte, a la humedad o a la incierta duración del viaje, había cargas que no siempre llegaban en buenas condiciones, lo cual motivó mucho papeleo(6) -instrucciones, informes, cartas, memoriales- en el que se recomendaba examinar la calidad de la corteza antes de su empleo terapéutico.

¿Quina para qué? Pues para combatir la malaria, una enfermedad febril e infecciosa durante siglos endémica y aun no erradicada(7). Malaria viene a significar mal aire. Pero al ser su origen cierto germen que se desarrolla en el agua estancada y que es inoculado por la picadura de ciertos mosquitos, también es conocida como Paludismo. Quien haya visto a un enfermo de malaria sufrir una crisis no olvidara los síntomas: ataques de escalofríos y fiebre durante todos los día, o como los casos que yo tengo observados, con un día o dos de por medio. Es decir, fiebre alta que a veces lleva al delirio, sudor copioso y frío y una tembladera como de hoja verde. Un tipo de una O.N.G. que atendió a uno de estos enfermos que conocí, me explicó que en caso de duda y a falta de medios clínicos de análisis, se impone la palpación del bazo, por ser este un órgano que dilata con la enfermedad.

Los parásitos de la malaria o paludismo son unos protozoos pertenecientes al género Plasmodium y su vehículo de transmisión es un mosquito cabrón del género Anopheles (Un tipo me dijo una vez que a estos mosquitos se les reconoce por su particular postura para descansar o para picar, pues parecen sostenerse sobre sus cabezas, que de día permanecen ocultos y que en sus excursiones nocturnas son capaces de recorrer casi 2 kilómetros... A mi que me registren), que habitan las regiones templadas y tropicales, por lo que la extensión de la enfermedad puede considerarse de dimensiones globales. El hecho de que el puto bicho precise de agua para completar su ciclo vital ha posibilitado su erradicación mediante la eliminación de sus huevos y larvas; pero claro, no existían medios para tal en los siglos de los que hablamos. Y, aun hoy, con todo lo que unos a otros nos alabamos, siguen existiendo zonas deprimidas en los que cualquier remedio contra esta peste brilla por su ausencia(8). Natural, ¡maldita sea!, ¿o es que el altruismo florece en la industria farmacéutica? (9)

O sea, que a la puesta del sol llega un anofeles a su charca favorita, localiza la hoja sobre la que ha quedado con los amiguetes para ir a picar a un cine al aire libre en el que ponen una de chinos, realiza un par de pasadas rasantes sobre ella, se eleva y desciende en precisos bucles hasta la tenue capa verde que oscila y se mece como un portaaviones. Es un bocazas nuestro anofeles, así que mientras cuenta a la peña sus fantasiosas aventuras, una ola brava le hincha de parásitos o merozoitos que, en su interior, se desarrollan en gametocitos macho y hembra. Luego, en su estomago, los gametocitos fecundan y producen cigotos que le penetran en la pared del estomago, dando lugar a esperozoitos que, una vez maduros, emigran hacia las glándulas salivales del bocazas, prestos a tomar carrerilla en la sangre del paisano que al mosquito burlón le venga más a mano(10).

El paisano infectado durante el regocijo público que lleva a la cumbre un chino que da cantidad de patadas, puede serlo por tres variedades de plasmodio, cada una de las cuales produce una forma determinada de malaria: La malaria vivax o terciana benigna, causada por el Plasmodium vivax; la cuartana, por el Plasmodium malariae; y la tropical, a veces denominada estivo-otoñal o terciana maligna, producida por el Plasmodium falciparum. Dependientes de la clase de malaria inoculada son el periodo de incubación, la temperatura corporal, la periodicidad de los accesos febriles y la duración de los mismos, el estado general y la incidencia en los organos internos... Más interesante, y mucho más rico en matices, es el proceso de infección en el hombre, extensisima causa a la que no puedo adherirme por falta de tiempo.

Tengo para mi que ya he explicado anteriormente lo que es un alcaloide, aunque ahora volveré someramente a ello en favor de los más olvidadizos. En cuatro palabras: Los alcaloides son compuestos naturales con nitrógeno que se encuentran mayoritariamente en las plantas. El nombre deriva de sus propiedades básicas (tipo álcali), que vienen inducidas por el par electrónico solitario del nitrógeno. Muchos alcaloides poseen potente actividad farmacológica. La quina, palabra procedente del quechua (lengua amerindia de la época precolombina), contiene cuatro de propiedades medicinales: quinina, cinconina (menos activo que la quinina a efectos del tratamiento del paludismo), quinidina (subproducto de la fabricación de la quinina, de la que es un estereoisómero) y cinconidina, aparte de una veintena larga más que no son de nuestro interés.

La quinina (C20H24N2O2) (11), aislada de la corteza de la cincona (en concentraciones de hasta el 8%), es el más antiguo agente antimalárico -efectivo- conocido; se presenta en agujas ortorrómbicas que funden a 177ºC con descomposición y son casi insolubles en agua, pero se disuelven en alcohol, cloroformo y benceno caliente. Pelletier y Caventou, franchutes ellos, la aislaron en 1820, al mismo tiempo que la cincoina y otros alcaloides de la quina. Su síntesis, una y otra vez intentada, fue lograda en 1944 por Robert Burns Woodward. A causa de su acción tóxica general sobre el protoplasma, la quinina destruye las formas asexuadas de los parásitos de la malaria en el torrente sanguíneo (esporozoitos) y dentro de los glóbulos rojos (trofozoitos), y por ello elimina los escalofríos y la fiebre característicos del paludismo agudo. El mayor inconveniente de este fármaco es su rápida eliminación por la orina, lo que obliga a una frecuente administración. No hay que olvidar, además, que un uso muy prolongado de de la quinina conduce a lo que se ha dado en llamar "Cinchonismo": intoxicación crónica que cursa con trastornos gastrointestinales, zumbido en los oídos, dolores de cabeza, mareos, cambios de presión y eventualmente la muerte.

¿Pero no empezamos hablando de malaria y quina en la España del Siglo XVIII? Seguro que si. Con la venia y el tiempo tasado volveré a esos fueros.

No parece haber noticias exhaustivas sobre el comercio de la quina en la España del XVIII, aunque rastreando a un par de autores si podemos hacernos una idea de las cantidades de antimalarico llegadas a la península. Las cifras, a poco que se las compare, dicen mucho del paralelismo existente entre las cantidades de quina llegadas a Cádiz para su distribución en España y Europa y las epidemias de malaria que asolaron la población española de forma endémica en dicho siglo. Es natural pensar que durante los períodos de rebrote epidémico el volumen de cascarilla americana desembarcada en Cádiz se incrementaría hasta alcanzar niveles considerables. Leo en "Historia de la Medicina" que durante los periodos en los que la epidemia era más virulenta, las noticias y avisos del comercio de quina son periódicas, con varios cargamentos anuales(12) Luego, hasta finalizar el siglo, y, aun en épocas de bonanza, parece ser que el comercio no decayó, bien sea porque aunque la situación general mejorara, aun quedaran focos malaricos aislados, porque se exportara un considerable volumen o porque se almacenaran grandes cantidades como método preventivo. En todo caso este asentado comercio de la quina pone de manifiesto la gravedad de las epidemias de paludismo que devastaron España durante la segunda mitad del referido siglo. Años, por otra parte, en los que no deja de experimentarse intensamente con muestras de cada cargamento de cascarilla que llega(13). Así, tras el oportuno estudio en el Hospital General de Madrid, la quina era enviada a otras Cortes europeas como preciado regalo, y no pocas veces, puesto que el precio de la misma era inalcanzable para amplias capas sociales, distribuida entre los hospitales españoles. La Real Botica se sirvió para su distribución de los Obispados, al parecer el mejor de los servicios para la universal presencia del único antimalarico eficaz conocido.



Notas:

(1).- Véase posada anterior.

(2).- Linneo "creó" el género Cinchona en 1738, pero se puede afirmar que fueron los botánicos españoles de la segunda mitad del s. XVIII quienes realizaron aportaciones fundamentales para el conocimiento científico del mismo. La denominación del quino como Cinchona succirubra, es gracia que Linneo hizo a la condesa de Chinchon, esposa del virrey del Perú, que curó de fiebres recurrentes mediante el tratamiento con dicha droga. Precisar también que no todas las especies de quina son medicinales.
La opinión de Linneo sobre la ciencia y los científicos españoles no debía de ser buena (A fe mía que no le faltaba razón). Se sabe (aquí sigo a D. Juan Vernet Gines) que el gobierno trató de contratar sus servicios y que este dijo nones. No obstante, recomendó y fue aceptado su discípulo Pedro Loefling, quien una vez en Madrid se apresuró a escribir a su Maestro, que, contra lo que se creía en el resto de Europa, la botánica española no desmerecía de la del resto del continente, lo cual seguramente, motivó que Linneo diera a diversos géneros de plantas nombres españoles. Loefling se embarco casi sin transición hacia Nueva Granada, incorporado a la expedición que comandada por Iturriaga se dirigía a la zona del Orinoco para proceder a la marcación del limes hispano portugués. Muerto antes de la treintena sus notas fueron publicadas por Linneo con el título de "Iter hispanicum".

(3).- Reza este tratado: "QUINOLOGIA, O TRATADO DEL ÁRBOL DE LA QUINA Ó CASCARILLA, CON SU DESCRIPCION Y LA DE OTRAS ESPECIES DE QUINOS NUEVAMENTE DESCUBIERTAS EN EL PERÚ; DEL MODO DE BENEFICIARLA, de su Eleccion, Comercio, Virtudes, y Extracto elaborado con Cortezas recientes, y de la Eficacia de este, comprobada con observaciones; á que se añaden algunos experimentos Chimicos, y noticias acerca del Analisis de todas ellas. POR DON HIPÓLITO RUIZ, PRIMER BOTÁNICO de la Expedicion del Perú, Agregado al Real Jardin de Madrid, é Individuo de la Real Academia Médica Matritense. MADRID. EN LA OFICINA DE LA VIUDA É HIJO DE MARIN. AÑO DE MDCCXCII"

(4).- En epocas de ardor guerrero contra Inglaterra, para evitar bloqueos los barcos "quineros" desviaban su carga hacia los puertos de La Coruña o Lisboa.

(5).- Esto a partir de 1771; antes, los cargamentos eran depositados en la "Casa de Geografía". Bonito y sugerente nombre, ¿verdad?

(6).- Conviene hacer notar que el comercio de la quina, de utilidad para la Salud Pública e importante fuente de recursos para la Real Hacienda, era monopolio de la Corona.

(7).- Estoy pensando principalmente en Centroamérica, África central y el sur de Asia.

(8).- Me he mostrado pusilánime por no envenenarme la sangre. Aturde saber que actualmente cientos de millones de personas padecen malaria y que entre uno y tres millones de esa buena gente muere de la enfermedad cada año. La inmensa mayoría niños y casi todos, por no decir todos, pobres.

(9).- La pobreza es un parque temático de enfermedades. Por razones estrictamente biológicas la corta vida del anofeles donde con más plenitud se desarrolla es en los trópicos, siendo estos los lugares donde se asientan los ciudadanos más pobres del planeta. Luego, dado que el desarrollo de medios terapéuticos contra la malaria es costoso y éstos van a ser utilizados por gente con un poder adquisitivo mínimo, a la industria de la pastilla no le resulta rentable investigar con ahínco sobre el tema. Aterra pensar que si el puto mosquito viviera unos días más, habría malaria en países ricos, sus ciudadanos la contraerían y la industria de la cosa, atenta a la nutrida cartera del infectado, hubiera dedicado un sin fin de recursos para borrar de la faz de la tierra al plasmodio.

(10).- Este párrafo que anoto es licencia que me he permitido: En realidad es la hembra del anofeles la que transmite el paludismo. Además, el proceso de reproducción del plasmodio dentro del mosquito y su viaje hasta las glándulas salivales tarda alrededor de 18 días, más o menos - dependiendo del medio ambiente - lo que es la vida efectiva del mosquito. A mayor calor y humedad más esperanza de vida, lo cual explica que con tiempo seco y frío, los mosquitos palmolifen antes de poder parasitar a alguien.

(11).- Hay tratados en los que la quinina puede venir referenciada (pongo unicamente los más habituales) con los siguientes sinónimos: Legatrin -> Quin 260 -> Quin-amino -> Quinamm -> Quindan -> Quiphile -> Q-VEL -> 6'Methoxycinchonan-9-ol -> 6'Methoxychinchonan-9-ol sulfate (2:1) (salt) -> Novoquinine -> Strema -> 6-Methoxy-alpha-(5-vinyl-2-quinuclidinyl)-4-quinolinemethanol -> Cinchonan- 9-ol... La quinina pasa por ser una de las sustancias más amargas conocidas. El sistema gustativo humano es capaz de reconocerla en concentraciones del orden de 0.5 ppm (partes por millón o miligramos por litro)

(12).- En 1769 fueron 2.036 arrobas. En 1772 y 1773 más de 3.000. En 1776 hay noticias de cuatro envíos de 148.676 libras, 350 cajones, 6.598 arrobas y 36 cajas. A 4.000 arrobas se eleva la cifra en 1778 y aún crece mucho más entre 1783 y 1786, seguramente a causa de un repunte de la epidemia. Las remesas de 1783 fueron seis con las siguientes cantidades: 7112 arrobas de cascarilla a bordo de la fragata Jesús llegada a Cádiz el 14 de Julio; 100 cajones llegados al día siguiente en la saltía N.ª S.ª de Montserrat, 166 cajones, 18.500, 20.480 y 22.730 libras respectivamente. En 1785, año difícilmente superable, llegaron a Cádiz cuatro grandes envíos de 89.869 y 279.962 libras y 27.788 y 8.285 arrobas. en 1788 se importaron mas de 20.000 arrobas, alrededor de 15.000 en 1791, y cantidades superiores al cuarto de millón de libras en 1794.
Los que gustéis de hacer números podéis equiparar la libra a 460 gramos (Un kilogramo = 2 libras, 2onzas, 12 adarmes. y 40 céntimos de adarme) ; la arroba la podéis igualar a 25 libras, es decir a 11Kg. y 500g.

(13).- Una curiosidad más. No fue hasta 1763 que todo español tubo libertad para comerciar con la América, hasta entonces limitada a Puerto Cabello, El Callao, Veracruz; y ampliada a La Habana, Santo Domingo, Puerto Rico, islas Margarita, Trinidad, Luisiana, Yucatán, Campeche. Por otra parte las expediciones podían salir, además del tradicional Cádiz (Sevilla había perdido la su exclusiva porque el río se había cegado), desde Barcelona, Alicante, La Coruña, Santander y Gijón. En total trece puertos españoles autorizados a comerciar con 20 americanos.


LECTURAS PARA SEGUIR EL RITMO:


Listo el genoma de la malaria ¿Se acerca la cura?
Resistencia Actualmente existen medicamentos para atacar esta fase de la enfermedad (cloroquina y sulfadoxina-pirimetamina), sin embargo, en los últimos años se ha observado que los pacientes hacen resistencia (la droga no tiene efecto) a estos medicamentos. Y es precisamente este factor el culpable de que un mal como el de la malaria que para una época se creyó casi erradicado, vuelva a resurgir en el mundo..

La modificación genética de los mosquitos transmisores de la malaria
La investigación realizada en el Imperial College es un primer paso para modificar selectivamente el genoma del mosquito anofeles en la lucha contra la malaria, ya que ha determinado la metodología que permitirá, en un futuro, introducir en el mosquito genes que obstaculicen de diversas maneras la transmisión de la enfermedad. Por ello, la proteína resultante de la actividad del gen introducido era inocua pero localizable; esto permitía saber si la inclusión del gen había tenido éxito o no y en qué porcentaje...

Malaria
En agosto de 1897 Ronald Ross informaba que el parásito podía infectar a la hembra del mosquito. El año siguiente demostraba que el parásito completaba su ciclo de desarrollo en el mosquito y que cuando picaba a otra persona le transmitía el parásito. El mosquito responsable de la transmisión de la enfermedad es el anofeles hembra (sólo la hembra se alimenta de la sangre ya que la necesita para producir los huevos) y si bien hay otras posibles formas de transmisión, como la transmisión vertical y post-transfusional son mucho más raras. El ciclo del mosquito tiene 4 fases: huevo, larva, pupa y mosquito volador. Los huevos que pone el mosquito son muy pequeños (difícilmente visibles). Los mosquitos ponen los huevos en remesas de 100 a 150 huevos en múltiples sitios, desde aguas residuales en sitios como lugares con residuos de comida, cáscaras de cocos y lugares con caminos con barro a grandes superficies de agua como arroyos, canales, rios, estanques o lagos (en general agua que no circula)...

E.M.C. PALUDISMO
El tratamiento que se aplica a las personas ocasionalmente afectadas de paludismo consiste en la administración de fármacos destinados a una doble función. Por una parte, se orienta a la eliminación de los parásitos presentes en el torrente sanguíneo, para lo cual los fármacos más empleados son la quinia y la cloroquina. Por otra parte, conviene también, para evitar las recidivas, hacer frente a las formas parásitas alojadas en el hígado, empleándose para ello, entre otros fármacos, la primaquina...

CLOROQUINA, HIDROXICLOROQUINA Y TOXICIDAD OCULAR
La toxicidad por estas drogas ha sido motivo de muchas publicaciones, desde Cambiaggi, quien fue el primero en informarla en un paciente con lupus eritematoso sistémico, hasta nuestros días. Grierson en 1997 revisó los datos de 10 años en 758 pacientes en tratamiento con hidroxicloroquina con el fin de establecer la incidencia de toxicidad retiniana y la necesidad de realizar frecuentemente exámenes oftalmológicos. Los pacientes tuvieron un estudio de la agudeza visual al inicio del tratamiento y se les realizó monitoreo...


En este navegamundear con el "Galeón de la Quina" hemos echado pie a tierra en las siguientes plazas:

THALES: Pág. de José F. Villegas.
Las matemáticas de Mario.
Naturaleza educativa.
Biblioteca Pública. Concello de Moaña
Vigonet
Museo Naval de Madrid
Historia de la Armada Española
Venezuelanautica
HIPERCOMPLEX
Giardini
Infecto
HORDERN HOUSE
Astronomia Autodidacta
Biblioteca Luis Ángel Arango
History of pharmacology
arteHistoria
Hizo Historia
Educación Ambiental
Universidad de Cornell
EurekAlert!
DIARIO MEDICO
Salud & Sociedad
Universidad de Arizona
F.C.M. Universidad Nacional de Córdoba
biocity
The Ohio State University
INSTITUTO MÉDICO HOWARD HUGHES
Hospital real de Perth
Laboratorio de Evolución, Facultad de Ciencias
Babab
Toho Tokusatsu Movie Poster Gallery
Quechua Network
ILADIBA
Pharmaportal
Universitat de Barcelona
Universidad de Buenos Aires
Libro Blanco
Paul Bugl - University of Hartford
L & b
bp (Biblioteca Piloto)
BIOMEDIA
Escuela Superior de Médicina
GUÍA MÉDICA FAMILIAR
U.N.C. Pág. JOSE FELIX RESTREPO SUAREZ


Vale ya.
Publicado por Don Gaiferos en 7:13 p. m. |  
Etiquetas:
domingo, abril 04, 2004

Del cuaderno con tapas de abedul de mi bisabuela IV.

Indicaciones sobre agricultura y jardinería para el mes de ABRIL:

Se escarda el trigo, rastrilla la cebada y la avena; siémbrase maíz y cebada de primavera; se encasillan(1) los melonares que deben quedar sembrados antes del día 20; se caban o aran ligeramente las viñas, y termina la plantación de los árboles de hoja caediza.

Se siembran o plantan todas las verduras. Se plantan hasta el día 5 albaricoqueros y groselleros; hasta el 10 perales, manzanos y ciruelos; y hasta el 15 melocotoneros. Se cogen espárragos, lechugas, acederas, coliflores, brécoles, rábanos, zanahorias, setas, etc.

Conviene para destruir los gusanos que tanto perjudican, procurarles la mayor comodidad para anidar y no ahuyentar a las aves insectívoras que los destruyen en gran parte(2).

Jardines.- Se transplantan las yerbas aromáticas(3), pensamientos, violetas, clavellineras, jazmines y mirtos. Se siembran la albahaca, que florece de Junio a Septiembre; alelíes de Abril a Agosto; arañuela, de Julio a Septiembre; canarios, de Junio a Octubre; capuchinas, de Junio a Septiembre; claveles chinos, de Julio a Septiembre; clavellinas, de Julio a Agosto; cruces de Malta, de Junio a Septiembre; datura fastuosa(4) de Agosto a Septiembre; girasol, de Julio a Septiembre; habichuela de Egiptpo, de Septiembre a Octubre; malva real, de Julio a Septiembre; minutisa, de Junio a Julio; ojo de perdiz, de Mayo a Julio; pensamientos de Marzo a Julio; perpetua, de Junio a Septiembre; reseda, de Mayo a Septiembre; tabaco, de Julio a Agosto; verbena, de Junio a Octubre; violetas, de Abril a Mayo; muscípula, que florece en Septiembre.


Anotación extraída de una entrada doble correspondiente al 26 de Marzo, martes, de 1901.

(1) Lo que la propia palabra indica: Plantar en cuadros o casillas las plantas de melón previamente extraídas del semillero en el que han crecido e invernado.

(2) No se trata de ningún dislate. Téngase en cuenta que en la época de referencia se desinsectaba a mano o con insecticidas muy primarios.

(3) De "aquella" las plantas aromáticas, en especial las vivaces y subarbustivas, no se cultivaban a propósito para su posterior envasado y venta; crecían disponibles y salvajes y bravas, en campo abierto o en los bordes de huertas y jardines. Pero quienes acudían a ellas con frecuencia para su utilización en cocina o para preparar aguardientes, tisanas, encurtidos, conservas, embutidos, etc. las escogían, a gusto propio, para ser cultivadas en parterres, tiestos, eras o jardineras. En este cuaderno de conventual caligrafía que vengo citando son -con los paréntesis de mi mano- asiduamente citadas: Acedera Romana (Rumex scutatus. Poligonácea); Ajedrea (Satureia hortensis. Labiada); Ajo (Allium sativum. Liliácea); Albahaca (Ocimun basilicum. Labiada); Alcaravea (Carum carvi. Umbelífera); Angélica (Angelica archangelica. Umbelífera); Anís (Pimpinella anisum. Umbelífera); Bergamota (Monarda didyma. Labiada); Borraja (Borago officinalis. Borraginácea); Cebollino (Allium schoenoprasum. Liliácea). Cilantro (Coriandrum sativum. Umbelífera); Eneldo (Peucedanum graveolens. Umbelífera); Estragon (Artemisia dracunculus. Compuesta); Hierbabuena o Menta (Mentha Sp. Labiada); Hinojo (Foeniculum vulgare. Umbelífera); Hisopo (Hyssopus officinalis. Labiada); Laurel (Laurus nobilis. Laurácea); Ligustica (Ligusticum scoticum. Umbelífera); Manzanilla (Anthemis nobilis. Compuesta); Mejorana (Origanum marjorana. Labiada); Melisa (Melisa officinalis. Labiada); Menta Romana o Balsamita (Chrysanthemun balsamita. Compuesta); Oregano (Origanum vulgare. Labiada); Perejil (Petroselinum crispum. Umbelífera); Perifollo (Anthriscus cerefolium. Umbelífera); Pimpinela (Sanguisorba minor. Rosácea); Romero (Rosmarinus officinalis. Labiada); Salvia (Salvia officinalis. Labiada); Tomillo (Thymus vulgaris. Labiada)...

(4) DATURA ESTRAMONIO según Ana Liste en "Galicia; brujería, superstición y mística":

Sinonimia, higuera loca, figueira do inferno, manzana espinosa, berenjena del diablo, flor de la trompeta, burladora, gigantón, pedo de fraile, herba dos bruxos, herba dos mágicos, herba do demo, herba do inferno, herba do corvo y herva de morto, entre muchos otros.

El estramonio puede rebasar fácilmente el metro de altura, aun en tierras y climas desfavorables. Su desarrollo es rápido entallece al llegar la primavera y florece en mayo, su época de recolección. Y esta faena no es simple, las hojas deben recolectarse al alba para obtener de ellas una cantidad máxima de alcaloides. Los días de lluvia son desfavorables y el secado de la planta debe hacerse, siempre, a la sombra. En los tallos tiernos se concentran las sustancias en mayores cantidades, y en las semillas, el aceite. Un puñado de semillas en infusión resulta tóxico y alucinatorio.

La hojas de datura son grandes, aovadas, agudas en su extremo, delgadas y lampiñas, como toda la planta. Esta especie - originaria, según unos, de Asia y , según otros, de Méjico - se ha utilizado como hipnótico contra toses convulsivas, ninfomanía, reumatismo articular y asma, a pesar de su toxicidad, que puede detectarse de inmediato. Los primeros síntomas aparecen pocos minutos después de haberla ingerido, se dilatan las pupilas, se abrillantan y enturbian los ojos y se suceden vértigos, alucinaciones y delirios. Una dosis excesiva puede provocar la muerte por parálisis respiratoria. Cuando se presentan síntomas de este tipo, es necesario provocar el vómito en el sujeto y facilitarle agua constantemente. La dosis no debe pasar 20 centígramos, repitiéndose tres veces al día.

La datura se cría en huertas poco cuidadas, barbechos, corralizas y lugares estercolados de todo el país, pero sólo acá y allá, de manera que, a menudo, no se da con ella cuando se la busca. En Galicia, sin embargo, aparece y se usó y probablemente se siga usando con frecuencia. También se la llama HERBA QUERELLEIRA, de quereres, amoríos.


DE TRONCOS Y RAMAS, PALOS Y ASTILLAS.

Pensaba, con el fin de dar a lo que sigue apariencia avanzada/avezada, iniciar esta introducción con algo referente a la matemática después del colectivo Bourbaki, que, a la vista de lo que por internet corre, parece estar de moda, como si la matemática anterior fuera una nadería.... No lo haré empero. Primero porque no se si será de provecho (uno es un despreocupado y no sabe que marcha tocar para que los que se acercan a estas posadas marquen aunados el paso); y porque bastante complicado es ya, en general, el estudio del flujo de un fluido, que en cierto modo es hacia donde os voy a llevar. Y no es afirmación hecha a la ligera, sino la simple observación del humo que desde mi cigarro garabatea hasta el techo: En un principio y desde la brasa el humo se eleva en una forma regular, pero como a una cuarta de su origen aparecen turbulencias y empieza a formar ondas irregulares: Flujo -turbulento e inmensurable en cuanto a sentido, masa y velocidad- imposible de calcular... con los papelotes de Bourbaki o sin ellos.

En esto de la ciencia (o acaso convenga decir filosofía de la naturaleza), the Bernoulli family fue una familia cumplida y larga. Los tipos, suizos, aunque naturales de Amberes, de donde sus antecesores salieron a calzón bajado cuando por un quítame allá esos cristos tito Farnesio se puso borde, es probado que tocaron muchos palos, que -por celos meramente intelectuales- se ahostiarón entre si, y que durante siglos ocuparon con continuidad cátedras y cargos universitarios. Sin dejar de lado al abuelo Nicolás, punta primera del ovillo, inician la saga los hermanos Johann I y Jacob I. Luego vinieron: Nicolaus I, hijo de este último; Nicolaus II, Daniel y Johann II, hijos de Johann I; Johann III y Jacob II, hijos de Johann II... O algo así, porque a estas alturas me he hecho un lío del que no sé salir. Pero siendo indiferente para mi propósito esto de la paternidad, abajo os dejo materia de estudio para que, por vosotros mismos, juzguéis la aportación intelectual de la tribu.

Como ando escaso de tiempo paso a ello sin más florituras.


Los Bernoulli
...Pocas veces en la Historia encontramos familias con una vocación tan decidida hacia cualquier rama del saber que las haga valedoras de los mayores méritos. Y mucho menos en Matemáticas. Hubo, sin embargo, una familia de origen holandés que, a raíz de las persecuciones dirigidas contra los protestantes por el Duque de Alba en 1576, huyó a Basilea (Suiza) en 1583. Eran los Bernoulli, una familia de comerciantes de especias y banqueros. El padre, Niklaus (Nicolás), hizo todo lo posible para que sus hijos no se dedicaran a las Matemáticas. Sin embargo, en su familia hubo 11 miembros dedicados a las Matemáticas y a la Física. Tres de ellos ocupan puestos de honor: Jakob, su hermano Johann y el hijo de éste, Daniel.

Los Bernoulli. Una familia muy distinguida de matemáticos y científicos
...En las primeras etapas del cálculo diferencial e integral los nombres de Johann y Jacob se ubican en un lugar de privilegio. Johann es el responsable del primer libro de cálculo diferencial e integral conocido- oficialmente el primer libro es obra del Marqués de L¨Hospital ( 1696), pero es altamente posible que esta obra sea esencialmente de Bernoulli.

La familia BERNOULLI
...En 1696, Johann propuso el problema como desafío para los matemáticos de Europa. Despertó un gran interés y fue resuelto por Newton y Leibniz, así como también por los dos hermanos Bernoulli. La solución de Johann fue la más elegante, mientras que la de Jacob, aunque bastante elaborada y tediosa, era más general. Esta situación hizo que se desencadenara una lucha que duró varios años y se desarrolló muchas veces en un lenguaje duro, más apropiado para peleas callejeras que para un debate científico.+

Los Bernoulli
...Uno de los problemas que resolvió Nicolás I fue el de cuándo puede darse por muerto a una persona del que no se tienen noticias desde hace tiempo. Nicolás dice que debe darse por muerto cuando la probabilidad de que haya muerto sea el doble de que esté vivo. Esto sucederá cuando el número de personas de su misma edad muertos sea el doble que la de vivos.

Distribución de Bernoulli
...Consiste en realizar un experimento aleatorio una sóla vez y observar si cierto suceso ocurre o no, siendo p la probabilidad de que esto sea así (éxito) y q=1-p el que no lo sea (fracaso). En realidad no se trata más que de una variable dicotómica, es decir que únicamente puede tomar dos modalidades, es por ello que el hecho de llamar éxito o fracaso a los posibles resultados de las pruebas obedece más una tradición literaria o histórica, en el estudio de las v.a., que a la situación real que pueda derivarse del resultado.

Dinámica de fluidos
...Evaluemos los cambios energéticos que ocurren en la porción de fluido señalada en color amarillo, cuando se desplaza a lo largo de la tubería. En la figura, se señala la situación inicial y se compara la situación final después de un tiempo Dt. Durante dicho intervalo de tiempo, la cara posterior S2 se ha desplazado v2 Dt y la cara anterior S1 del elemento de fluido se ha desplazado v1Dt hacia la derecha.

El grado 33 y la Lemniscata de Bernoulli
...La Lemniscata se considera actualmente como un caso particular de los óvalos estudiados por Cassini en 1680 (Jean Dominique Cassini 1625-1712), pero son Jackob Bernoulli (1655-1705) y Johann Bernoulli (1667-1748) los que la descubrieron y dieron a conocer independientemente, al intentar resolver un problema planteado por Leibnitz (Gottfried Wihelm Leibniz 1646-1716) creador, junto con Newton (Isaac Newton 1642-1727) del cálculo infinitesimal, que lanzó a la comunidad científica de la época el reto de encontrar la ecuación de la isócrona paracéntrica. La solución encontrada fue la Lemniscata que en honor a los hermanos Bernoulli paso a denominarse Lemniscata de Bernoulli.

La controversia L'Hospital-Bernoulli
...Dos personajes, dos matemáticos: Johann Bernoulli y Guillaume De L'Hospital; dos tierras, Suiza y Francia; una misma época de la Matemática, la llamada "La Edad dorada del cero pequeño", Edad en que el Axioma de Arquímedes pareciera permanecer suspendido en el tiempo; un resultado en particular, La Regla de L'Hospital; una amarga controversia sobre su verdadero creador y un dictamen histórico y académico que tardó casi tres siglos en dar su veredicto.

Aplicaciones del Teorema de Bernoulli
... La utilización de un tubo de Venturí en el carburador de un automóvil, es un ejemplo familiar del teorema de Bernoulli. La presión del aire, que pasa a través del cuerpo del carburador, disminuye cuando pasa por un estrangulamiento. La disminución de presión permite que fluya la gasolina, se vaporice y se mezcle con la corriente de aire.

Y por ultimo esta cosita sobre la distribucion binomial.

Parte de lo que hasta aquí habéis visto me hubiera gustado ponerlo con mis propias palabras, a mi estilo. No lo he hecho, empero, porque para su cabal entendimiento hubiera precisado de un montón de esquemas y dibujitos que, de momento, no me pienso consentir. Claro que he dicho "de momento"; al fin y al cabo la vida es entropía y mudanza y nadie puede presumir, a menos que se trate de un necio redomado, de que lo que dice hoy lo sostendrá mañana. En fin, lo que sea sonara, aunque de momento me conforme con el ceremonioso y honrado texto llano y huya de los aditamentos gráficos como de una cistitis incivil y terca.



Tres días y 2000 Km. después.

En estos momentos la cosa esta bastante jodida. Se celebra la final de la "Copa del Rey", la televisan y mi trogloditica casa es un río de idas y venidas. ¡Joder, ni que no sobraran bares donde ir a ver la puta tele! Claro, que andar en el frigorífico de los bares sin medida, y con la cara y desahogo que se hace en el mío, esta penado con un severo garrotazo. Pero con ser esto (y que los jodidos críos me dejen el baño hecho un albañal) enfadoso, no es lo peor que pueda ocurrirme. Lo realmente deletéreo tiene alas y se llama Gaucho. Si, colegas, el loro Gaucho acaba de llegar con Sergio a casa y, dueño de la situación de inmediato, la ha emprendido a maliciosos y premeditados picotazos con mis cosas. Como siga jodiendo voy a abrir la puerta de mi cuarto y que se las entienda con el gato..., aunque, coño, a ver quién se hace cargo después del estropicio. La jefa de la casa, infinitamente más lista que nosotros y acaso tocada por su alma celta, se ha ido con dos irlandesas y cuatro mozas de tronco de su conocimiento a celebrar St. Patrick's Day. Llevan gafas verdes en forma de trébol y producen mas temor que regocijo festejero. Menuda son ellas...

Dejo un informe que estoy haciendo sobre la localización (prematura) en clínicas de focos sépticos extrahospitalarios, selecciono música de los Coltrane, me decanto por Alice y hago que el CD gire y gire; con los primeros compases y como quién huye de avispero me planto en el siglo XIX. Que me sea leve...

George Boole, ese señor tan serio que sale en los retratos luciendo como mayordomo de dibujos animados, nació, vivió y murió en el siglo XIX. La vida tiene alas para Boole, morirá joven pero como cada cristiano, el no lo sabe. Es un tiempo en el que la vinculación entre técnica y ciencia comienza a tornarse indisoluble. Los experimentadores de laboratorio están de enhorabuena: sus invenciones empiezan a incorporarse inmediatamente al proceso productivo, a la enseñanza y, sobre todo, son aireadas con "éxito de critica y publico" por los medios de comunicación. Piénsese en las mejoras en el servicio telegráfico concebidas por Wheatstone y Lord Kelvin, la industria química de los colorantes, los avances traídos de la mano de Edison, el teléfono de Bell, la mecanización del trabajo mediante cadenas de montaje, o en el definitivo despegue de la industria siderúrgica mediante el proceso Gilchrist-Thomas..., logros todos hijos de la reflexión científica y, seguramente, de la introducción de la cultura industrial en los sistemas educativos.

Si los exquisitos Bernoulli fueron rama de pudientes burgueses huidos de Amberes por no recibir una mano de cristazos en la cabeza, Boole fue hijo de un zapatero de carne escasa y pan medido cada día, que, sin embargo, consciente de las ventajas de la instrucción, enseño al chaval los rudimentos de las matemáticas y le aficionó a la construcción de instrumentos ópticos. Mas allá de la enseñanza primaria de su padre y de la de algunos maestros que tiraban más a cerriles que a otra cosa, Boole fue un autodidacta total (según pintan las leyes educativas de este sufrido país, estado futuro cuasi obligatorio para todos aquellos que, deseosos de salir de la más radical de las ignorancias, no cuenten con medios para estudiar en Centros Privados o en el extranjero; claro, que en un país gobernado por lo más mediocre salido de sus centros educativos, no puede dejar de haber cierto odio residual hacia la excelencia académica) tocado por la gracia de Laplace y Lagrange. Pero hablamos del XIX, cuando el ansia de conocimiento era no poco, y la "razón ilustrada" llega a sus últimas consecuencias y, ciencia y técnica, pasan a convertirse en una especie de panacea universal, ya que interpretan la vida y la muerte, lo animado y lo inanimado...

¿Qué sabe la generalidad acerca de Boole? Me temo que poco o seguramente nada. Pasa el hombre desapercibido y raramente se le encuentra en uno u otro de esos pretenciosos "hit parades" en los que lucen los de siempre. Y digo esto después de haber consultado una docena larga de ellos. Y hay otra, referente a la publicitación de su pensamiento y obra: muy aprovechada pero escasamente citada en multitud de obras que por pudor deberían de haberlo hecho. Y aquí, arrimando el ascua a mi sardina, decir que ni aun en los más sesudos estudios sobre relatividad se le cita como descubridor de las invariantes, sin las cuales la teoría habría sido del todo imposible ... Claro que, a excepción de "Las leyes del pensamiento", actualizada merced a su importancia en la construcción de computadoras y circuitos eléctricos, el resto de su obra escrita tampoco me parece a mi que este demasiado presente en la bibliografía especializada. Yo qué sé. Doctores tiene la iglesia...


Después de esta fundada queja, y a beneficio de inventario, fuerza es reconocer que mi intención es encaminaros hacia las prosopopeyicas "chicas de Boole". Claro que si. Boole fue el Picasso de las matemáticas pero en lector de Milton y hombre bueno. Boole era tan buena persona, apacible, aparentemente ingenuo y tolerante que dicen parecía de pega. Boole casó con una discípula suya huérfana de un amigo emparentado con... Callo porque no estoy en plan biográfico y no quiero desbaratar los enlaces que a continuación pongo. Si citare, no obstante, aquello que el prolífico Martin Gardner apunta, perspicazmente, sobre tan singular familia: "Dejó esposa y cinco hijas. Gracias a Norman Gridgeman hemos podido conocer algunos detalles fascinantes sobre estas seis mujeres. Mary Everest(1), esposa de Boole, divulgó por escrito las ideas de su marido sobre matemáticas y pedagogía. Uno de ellos se titula The Philosophy and Fun of Algebra. La mayor de las hijas, Mary, se caso con Charles Hinton, matemático que escribió la primera novela sobre Planilandia y también libros sobre la cuarta dimensión. Margaret fue madre de Sir Geoffrey Tailor, un matemático de Cambridge. Alice, picada en su curiosidad por las incursiones de Charles Hinton en espacios de dimensión mayor que tres, hizo por su cuenta algunos descubrimientos importantes en este campo. Lucy llegó a profesora de química. La menor de las hijas, Ethel Lilian, se casó con un científico polaco, Wilfrid Voynich, estableciendose en Manhattan, donde Ethel murió en 1960. Fue autora de varias novelas, entre ellas "The Gadfly", que adquirió gran popularidad en Rusia e inspiró nada menos que tres óperas. En tiempos más recientes, se han vendido en China más de un millón de ejemplares de esta novela..."

Aquí pensaba hacer un esbozo sobre la educación en la época victoriana, así como de la radical transformación que esta sufrió para adaptarse con fundamento a los nuevos conocimientos que alumbró el siglo: Volta descubre la pila eléctrica; Franz Joseph Gall concluye que el cerebro rige los sentidos y el comportamiento humano; nace el termino biología para describir la ciencia que estudia la vida; John Dalton publica "Nuevo sistema de filosofía química", donde defiende la naturaleza atómica de la materia; Joseph-Louis Gay-Lussac asciende en globo para tomar muestras de aire a 7000m. de altura; el naturalista Humboldt regresa de su viaje por tierras del centro y sur de América; el francés Cuvier propone una clasificación de los seres vivos; René-Théophile-Hyacinthe Laënnec revoluciona el diagnostico de las enfermedades cardiopulmonares con la invención del estetoscopio; el matemático Fourier analiza los fenómenos ondulatorios; el paleontólogo inglés Gideon Algernon Mantell describe, por primera vez y de forma adecuada, a un dinosaurio; Willian Church construye la primera máquina que permite la composición de textos de forma automática; Darwin sale con eso de que la selección natural es mecanismo generador de la evolución; Rudolf Clausius acuña el concepto de entropía; se inicia el despegue de los ascensores movidos por vapor; León Foucault monta un artefacto que demuestra experimentalmente la velocidad de rotación de la tierra; empieza a intuirse que las células son origen de vida y de enfermedad; el fraile Mendel descubre las leyes de la herencia; el escoces James Maxwell describe el comportamiento del campo electromagnético; Mendeleyev compone una tabla de elementos químicos; Alfred Nobel inventa la dinamita; se inaugura el metropolitano de Londres; se localizan los centros de la articulación y la comprensión del lenguaje en dos zonas del córtex cerebral; Bell patenta el teléfono; Pasteur prepara una vacuna con gérmenes atenuados; Ramón y Cajal descubre la estructura del sistema nervioso de los seres vivos; Otto Lilienthal realiza con éxito varias pruebas con un aparato volador de cosecha propia; el diagnostico médico experimenta una revolución cuando Roentgen descubre los rayos x... y así hasta el cansancio, tal fue aquel siglo.

Empezaba el párrafo anterior con mi pretensión de tratar -a la vista de tanta novedad como he apuntado- sobre la radical modificación a la que fue sometido el sistema docente y científico de las naciones más adelantadas, pero por el momento no puedo. Acabo de recibir una llamada y tengo que salir volando. Quizá en otra ocasión retome el tema.

Y aquí unas tareas en cuanto a lo de Boole apuntado:

Biografias de los pioneros de la computación.
En la actualidad la lógica simbólica es muy utilizada en computación, en particular, con ella es muy sencillo definir los operadores binarios O, Y, O excluyente y las negaciones de cada uno de ellos. Además usando la lógica simbólica de Boole, es fácil mostrar que las operaciones lógicas y aritméticas sólo requieren dos valores para poderse representar y llevar a cabo. Así el que todas las computadoras utilicen el sistema binario, se debe, en gran medida, al trabajo teórico de este gran matemático y lógico inglés.

Electrónica Digital.
Álgebra de Boole o álgebra booleana se le denomina a las reglas algebraicas, basadas en la teoría de conjuntos, para manejar ecuaciones de lógica matemática. La lógica matemática trata con proposiciones, elementos de circuitos de dos estados, etc, asociados por medio de operadores como Y, O, NO, EXCEPTO, SI... ENTONCES, y que, por lo tanto permite cálculos y demostraciones como cualquier parte de las matemáticas. Es llamada así en honor de George Boole, famoso matemático, que la introdujo en 1847.

Informática Médica.
Apoyándose en el método general de Leibniz, según el cual todas las verdades de la razón son reducidas a un tipo de cálculo, 188 años después el matemático Inglés George Boole en 1854 realizó el trabajo de fondo que hoy conocemos como Teoría de la Información a través de la publicación de su obra maestra: Una Investigación de las Leyes del Pensamiento, el cual está fundado en Las Teorías Matemáticas de la Lógica y las Probabilidades. En este trabajo, publicado cuando el autor tenía 39 años, Boole reduce la lógica a un tipo extremadamente sencillo de álgebra, en el cual el razonamiento es llevado a cabo a través de manipular fórmulas más sencillas que las utilizadas en segundo año de álgebra tradicional.

Algebra Booleana.
Nacido en la Inglaterra de 1815, hijo de zapatero, George Boole decidió desde muy pronto, a los dieciséis años, dedicarse a las matemáticas. En un principio ayudando a su familia, optó por dar clases de matemáticas en la escuela, pero antes y después de su jornada laboral "oficial", el solo, en su habitación, se dedicaba a leer textos matemáticos, que entendía con suma facilidad. Poco tiempo después ya publicaba en revistas matemáticas, y a los treinta y cuatro años, sin titulo universitario fue contratado como profesor del Queen's College de Irlanda (actualmente llamado University College).

GEORGE BOOLE.
Boole fue incapaz de tomar los consejos de Duncan Gregory y estudiar cursos en Cambridge; ya que necesitaba los ingresos de su colegio para cuidar a sus padres. No obstante él comenzó a estudiar álgebra. Una aplicación de métodos algebraicos para la solución de ecuaciones diferenciales fue publicada por Boole en el "Transaction of the Royal Society" y por este trabajo recibió la medalla de la Real Sociedad. Su trabajo matemático fue el comienzo que le trajo fama. Boole fue nominado para una cátedra de matemática en el Queens College, Cork en 1849. Él enseñó allí por el resto de su vida, ganándose una reputación como un prominente y dedicado profesor.

Mary Everest Boole.
Mary Everest Boole was born in England in 1832. It was not long thereafter that her father, Dr. Thomas Everest, a minister, moved the family to Poissy, France in order to cure his serious illness. At the time, Mary was five years old and her brother, George, was only two. Although growing up in Poissy gave Mary a chance to be exposed to a different culture and language, life was sometimes difficult and lonely. For example, it was hard for the Everest's, coming from the tradition of an English minister, to live in a town that was French Catholic.

George Boole (1815-1864)
Boole no estudió para un grado académico, pero a la edad de 16 años fue un profesor auxiliar de colegio. Mantuvo su interés en idiomas e intentó ingresar a la Iglesia. Desde 1835, sin embargo, pareció haber cambiado de idea ya que abrió su propio colegio y empezó a estudiar matemáticas por si mismo. Tardó en darse cuenta que había perdido casi cinco años tratando de aprender las materias en vez de tener un profesor experto. En ese periodo Boole estudió los trabajos de Laplace y Lagrange, tomando apuntes, los cuales llegaron a ser más tarde las bases para sus primeros papeles matemáticos. Comenzó a estudiar álgebra y Aplicación de métodos algebraicos para la solución de ecuaciones diferenciales fue publicada por Boole en el Transaction of the Royal Society y por este trabajo recibió la medalla de la Real Sociedad. Su trabajo matemático fue el comienzo que le trajo fama.

Alicia Boole Stott.
Negli anni della giovinezza in Inghilterra, Alicia indirizza le sue curiosità culturali allo studio degli iperspazi, dopo che Hinton nel 1880 aveva anche scritto un articolo dal titolo "Che cosa è la quarta dimensione?".

LAS DIMENSIONES DE LA REALIDAD.
Cuando Hinton intentaba encontrar la cuarta dimensión en la visualización de sus famosos cubos pienso que apuntaba en una dirección equivocada. Sin embargo también explicaba que la luz viaja en esta cuarta dimensión invisible y aquí creo que señalaba el camino correcto. Nuestro punto de vista es que las nuevas dimensiones hay que buscarlas, no en coordenadas parecidas a las tridimensionales, sino en características vibracionales y de campo. Veamos

La geometría y la cuarta dimensión.
Al mover el cuadrado en forma perpendicular a sus dos lados, se genera un Cubo F CH-3. En cada vértice, el tercer lado es perpendicular a los dos originales y se lo dibuja en perspectiva. Cada arista del cuadrado original genera otro cuadrado, que será una cara del Cubo, es decir se forman 4 nuevos cuadrados. Si a los 4 sumamos el cuadrado original y el mismo en su posición final, tendremos las 6 caras del Cubo.

El hombre que vio la cuarta dimensión.
La mentalización 4D fue popularizada por Charles Hinton, quien trabajaba en la Oficina de Patentes de Washington, cuando Albert Einstein trabajaba en la Oficina de Patentes en Suiza. Se lo conoció como el hombre que "Vio la Cuarta Dimensión" y como anécdota, nos permitimos recordar una de sus frases favoritas: "Dios es el salvador de los hombres y yo de las mujeres y no le envidio ni un poquito..."

Venga, prendas, a disfrutar de la primavera, y, si acaso, de esta posada a proposito para leer como se lee el cielo: cierto distanciamiento y juicio severo. Lo dicho: Cuidaos.
Publicado por Don Gaiferos en 1:53 p. m. |  
Etiquetas:
Suscribirse a: Entradas (Atom)