viernes, agosto 05, 2005

Fin de la quijotesca viñeta.


TESTAMENTO DE DON QUIJOTE HECHO POR DON FRANCISCO DE QUEVEDO EN ARGAMASILLA DE ALBA, CON MOTIVO DE SU PASO Y PERNOCTA EN ELLA, A SU REGRESO DE LA TORRE DE JUAN ABAD A MADRID EN EL AÑO 1608

(fin de este romance partido)

»Y lo demás de los bienes,
Que en este mundo quedan,
Lo dejo para obras pías
De rescate de princesas.

»Mando que en lugar de misas,
Justas, batallas y guerras
Me digan, pues saben todos
Que son mis misas aquestas.

»Dejo por testamentarios
A don Belianis de Grecia,
Al caballero de Febo,
A Esplandian el de las jergas.

»Allí fablo Sancho Panza,
Bien oiréis lo que dijera,
Con tono duro y despacio
Y la voz de cuatro suelas:

»No es razón buena, señor mío,
Que cuando vais a dar cuenta
Al Señor que vos crió,
Digais sandeces tan fieras.

»Sancho es, Señor, quien vos fabla,
Que está a vuesa cabecera,
Llorando a cántaros triste
Un turbión de lluvia y piedra.

»Dejad por testamentarios
Al cura que a vos confiesa,
Al regidor Per-Antón
Y al cabrero Gil Pezueca.

»Y dejaos de Esplendines,
Pues tanta inquietud nos cuestan,
Y llamar a un religioso
Que os ayude en esta brega.»

»Bien dices, le respondió
Don Quijote con voz tierna,
Ve a la Peña Pobre, y dile
A Beltenebros que venga.»

En esto, la Extremaunción
Asomó ya por la puerta.
Pero él que vio al sacerdote
Con sobrepelliz y vela.

Dijo que era el sabio propio
Del encanto de Niquea;
Y levantó el buen hidalgo
Por hablarle la cabeza.

Mas viendo que ya le faltan
Juicio, vida, vista y lengua,
El escribano se fue
Y el cura se salió fuera.



nota preliminar: enero 20, 2005



CORRESPONDENCIAS:

1.- Belianis de Grecia

2.- caballero de Febo

3.- Esplendian el de las jergas

4.- Peña Pobre

5.- Beltenebros


Ahora un mudar a Don Gaiferos


# # # # #


DON GAIFEROS DICE...
(El DON es imprescindible)


Pues eso, que canseme de CIRDAN y otras "bufonadas". Sigo:


Estigia*

Iban dando con una aldaba golpes.
No pararon durante todo el tiempo
de anunciarse arañando en la conciencia.
Eran seres hondables, advertencias profundas,
ultravioletas luces del sentido,
mensajes infrarrojos del origen.

Venían de remar aguas de olvido.
Volvían del olvido orzando a la memoria,
oh viento de delgadas mariposas, de tenues pétalos.
Todo el tiempo tejieron su algodón de pasos.
hilando su discurso de suspiros.
Todo el tiempo los oí alejarse de la orilla.

Las faldas de la orilla donde el tiempo arrima
la minuciosa arena se deshacia como música,
como un lejano vals de lluvia,
como un foxtrot que rebajara su volumen,
como un violín llevando entre los árboles
el humo en retirada de la luna
o la menguante luz de una extinguida hoguera.

Allende las paredes eran rasguños que ni hacen mella.
Debajo del silencio eran ultrasonidos
que el cóncavo océano dispersa.
Se iban remando mar adentro
hacia un encuentro de naufragios,
ya música parada en el oído
de un caracol profundo y lento,
de un abisal destino.


De mi siempre recordado amigo José Antonio Rey del Corral en "POEMAS". Seleccion 1964-1987.


* Fuente o charca ranera que la mitologia ha colocado en el pais de las sombras. Su acceso era dificil y sus aguas murmuraban sordamente inspirando una tristeza sombria. Para enredar la madeja, los poetas hicieron de ella una ninfa que dan en suponer hija del Océano y de Tetis. Espigando entre mis libros he podido documentar varias Estigia: (1).- Aquella en cuyas orillas sepultó Isis a su esposo Osiris. (2).- Una a la que los arcadios situan en las proximidades de la ciudad de Nonacris; nacia esta en lo alto de una escarpada roca, y sus aguas iban a parar al río Crato. (3).- Otra hay a la que localizan cerca del puerto Lucrin y del lago Averno, en Italia. (4).- En medio de la Arabia feliz, hay autores que situan otra. Hesíodo y nuestro buen Homero la sacan en sus escritos: Para jurar por Estigia, dice Homero (Iliada 14, 15, y Odisea 10), era preciso que los dioses extendiesen una mano sobre la tierra y la otra sobre el mar. Iconologicamente se la representa como a una gachí vestida de riguroso negro que descansa sobre un jarro, cuyo agua cae en un hilillo avaro. De este aguajecarallal ha hecho virtud hasta Platon, quien dice que sus ondas eran azuladas y los pescados que contenia, tan diminutos, descarnados y difusos que apenas podian percibirse; siendo su color de un negro lodoso que sobrecogia el animo. También cita, como si el cabroncete lo hubiese visto, a un monton de repugnantes reptiles que moraban en sus orillas. Los señores griegos suponian que los hideputa, los taxistas, los borbones, los notarios, los sindicalistas, los corredores de comercio, los franceses, los moros de la volencia catequizadores, los registradores de la propiedad, los artistas por la barba subvencionados, los delatores y chivatos, los de la S.G.A.E., los politicos todos, los empleados de grandes almacenes, los mitrados, los relojeros, los sacamantecas de la deuda historica, los deportistas emputecidos, ciento y un mil más y un cabrón que hasta hoy se hacia llamar Cirdan iban de cabeza a la puta piscina esta. ¡Ojala!


«COSAS QUE EN SU DIA ESCRIBI Y NO OS PUSE» (respetese el palabro mierda)

Días atras quedamos en el mundo arcaizante de Hesíodo y Homero. Y no coloco el adjetivo a humo de pajas, que, poco despues, en el siglo VI a. d. c., se producira en Jonia (una extensión de tierras a lo largo de la costa oriental del Mar Egeo) un renacimiento cultural que arrumbara con todo lo que los viejos escribidores habian hecho preconcibir al comun de los mortales. Así, las obras puramente imaginativas pasan a ser identificadas como actos del intelecto y su confusión con la "ciencia" es considerada, por los más adelantados, como mera superstición. Pensad en este cuerpo critico como en desdeñosos y escepticos volterianos antes de Voltaire. Pero traigamos agua a nuestro molino: A Heráclito de Efeso, cuentan se le oyo murmurar, sotto voce, que Homero debiera ser eliminado de los juegos y azotado, puesto que el trato con muchas cuestiones no tiene porque implicar un conocimiento razonable de la mismas. Jenófanes, seguramente el mayor iconoclasta entre los señores griegos antiguos, toma la pluma para, en cinco devastadores hexámetros dar cuenta del origen del antropomorfismo: "Si los bueyes y los caballos y los leones tuvieran manos/ y pudieran con ellas dibujar y hacer cosas como los hombres/ los caballos dibujarían figuras de dioses semejantes a los caballos y los bueyes/ como los bueyes: y cada uno formaría sus cuerpos/ semejantes al propio". Es el mismo Jenófanes, hasta los güevos del consentir acritico de sus mayores hacia los dioses, ampliiiiisima colla de malandrines cargada de todos los vicios y pecados imaginables (Razón moralizante no le faltaba. A modo de ejemplo: Zeus era un puto parricida dominado por su mujer, a más de un adúltero de carajo alegre y problematico, indiscriminado y mayormente vano. Hera, además de ser dominadora, tiraba a la vanalidad y la tonteria; era una diosa "pija", por mejor decir. Ganimedes, de aqui para alla con su copetin de ambrosia excitaba, cual proxeneta, a la asamblea olimpica a la pederastia. Hefesto, cojo y feo, es cornificado por la zorra de Afrodita, su esposa; además de que representando a la "tecnologia" es objeto de mofa y escarnio por parte de los demás dioses...), quién se sirve del siguiente reproche: "Homero y Hesíodo han atribuido a los dioses todas las cosas/ que son objeto de vergüenza y censura entre los hombres".

Criticas aparte, forzado es reconocer que el mundo de Hesíodo-Homero es un mundo de transición que, por razones obvias, transformara el futuro de la Hélade: Se introducira el alfabeto* y se recuperara una literatura con elementos micénicos y orientales; nace la ciudad (casas** agrupadas sin orden ni concierto, según el capricho del propietario, formando un dedalo de callajuelas desiguales que, a día de hoy, solo puede compararse con el de algunos barrios antiguos del norte de Africa) con su acrópolis defensiva, sus murallas y cierta organización politica aun en definicion; aparece una nueva religiosidad con santuarios que pierden su caracter local y se panhelénizan, se construyen templos en los que empieza a intuirse cierto canon arquitectonico, y empieza a manifestarse cierto culto local a lo que hemos dado en llamar héroes***; a todo esto añadir cierto despegue economico basado en el desarrollo artesanal, el comercio**** y el fuerte impulso de la actividad colonizadora... Dicho esto, me pide el cuerpo largar sobre la obra literaria de Hesíodo*****: La Teogonia y Los Trabajos y los Días (hermoso titulo este ultimo, eh). No tengo tiempo sin embargo, así que, aunque a la pata-coja, continuare con los prosopopeyicos señores troyanos.


*La escritura aquea (hay que entender que griegos, argivos, dánaos o aqueos son una misma unidad en la terminología homérica) había desaparecido con la invasión doria de 1200. Tras un examen de la sociedad descrita por Homero se puede concluir que la escritura no era utilizada, aunque en un pasaje de La Iliada (VI, 166 y sgts.) el rapsoda dice que Preto envió al rey de Licia un mensaje, por mano de Belerofonte, en una tablilla doblada. La historia de esta misiva, cobarde y vengativa por demás, puede contarse asi: Esta Belerofonte en Corinto, acogido a la hospitalidad del rey Preto, consorte de una tal Estenobea, dama casquivana que no queria otra cosa que tirarse al huesped de su marido. Pasa olimpicamente de ella el pollo, y esta, cabreada como un mandril con ladillas, le acusa de haber intentado violarla. Va entonces el marido ofendido y envia al chico a Licia, donde reinaba Yobates, padre de la despechada Estenobea, con un mensaje que más o menos decia: "El portador de esta misiva ha intentado dar con fuerza y por retabufa a tu chica Estenobea. Stop. Felizmente no lo ha logrado. Stop. Como padre de la injuriada ruego vengues la afrenta. Stop. Nos veremos en Delfos en los "juegos Píticos". Stop". Yobates, acaso por no quebrantar las leyes de la hospitalidad o porque tuviese noticia de que la muchacha era más puta que las gallinas de Jerico, encomienda al mozo una serie de empresas de riesgo insalvable. Sale el chico bien de todas ellas, y es entonces cuando Yobates, reconociendo la inocencia de Belerefonte y la proteccion especial con la que le honraba el cielo, le da por esposa a su segunda hija y le declara su legitimo sucesor. Este Belerefonte fue jinete del caballo Pegaso: alado, conductor del carro de la Aurora, semental muy saltador y padre de los centauros. A sus blancos lomos una vez quiso acceder al Olimpo, pero Zeus, picado en su orgullo de matasiete, mandó a un tábano que picó al bruto en su miembro generatriz, lo cual que de la subita espantada lanzó a su montador al suelo. De tan sobresaliente costalada Belerefonte quedó ciego y cojo. Otros dicen que murió.


**Las comunes estaban compuestas por un piso bajo dividido en dos piezas pequeñas, y de un piso al que se accedia generalmente por una escalera exterior. Donde la topografia lo permitia, la parte inferior estaba abierta en la roca; en todo caso los muros estaban construidos con madera, fino ladrillo o argamasa (los cacos de la época antes que forzar cerraduras preferian perforar los muros exteriores). En el interior, la tabiqueria estaba blanqueada con cal; las chimeneas eran aliviaderos que no existian y el personal quitaba los frios con braseros. Los pudientes moraban en casas que semejaban a los palacios homéricos y estaban comprendidas por lo general de tres partes: una entrada bajo la responsabilidad de un esclavo en funciones de portero, la zona masculina, cuyas salas y cámaras daban a un patio rodeado de una galería cubierta sostenida por columnas, y, finalmente, el departamento de mujeres o ginecceo, que daba sobre un jardin. El mobiliario principal lo constituian - por mejor entender me salto a la torera las denominaciones originales- butacas, sillas, trípodes, taburetes, lechos de reposo, lechos de mesa (se le daba a la mandibula tendido) y cofres, que servian para guardar los vestidos y los objetos preciosos, puesto que los armarios y alacenas no se conocian. En las casas de fortuna sobresaliente las paredes estaban ornadas con pinturas y los suelos cubiertos de tapices y cojines.


***Por sacar pecho, los señores griegos con mando en plaza decidieron considerar a sus antepasados como dioses protectores de los pueblos y las ciudades, dándoles el nombre de héroes. Toda ciudad que se preciara tuvo su héroe nacional, al que se le erigía un santuario y se le rendía culto. A esta panda de tunantes descarriados se les conocía también como semidioses; esto porque se les consideraba fruto de la violación o coyunda de una divinidad con un príncipe o una princesa, lo cual es una bonita forma de darse lustre y guardar las formas. Más, que hociqueando en mi florida biblioteca para dar a esta posada visos de verosimilitud, he podido comprobar que esta caterva de referencia estuvo compuesta, por lo general, por reyes o guerreros cuyo valor o hazañosas trastadas quedaron grabadas en la imageneria popular. A otros se les confunde con personajes divinos que bienen a encarnar algun fenomeno de la naturaleza.


****Hablamos de una época en la que las ideas seguian siempre las rutas comerciales existentes y viajaban, en realiadad, a la misma velocidad que las mercaderias. Además, el comercio despliega, por si mismo, cierto escepticismo hacia lo mistico para asentarse en el conocimiento y dominio del mundo físico: Ni dioses ni hostias; aquellos comerciantes, cultos por demas, estimaban friamente una realidad para la que la magia y la casuistica sobrenatural era irrelevante. Natural, que un tipo que acumulaba un capitalito a base de riesgo, esfuerzo y trabajo, sabia que habia participado en el resultado del mismo y no estaba nada dispuesto a considerarlo como obra de este o aquel dios tutelar. "La pastizara para el que arriesga y trabaja", asi de sencillo...


*****Copio a la letra de un librillo que malvive en casa: Hesíodo (mediados del siglo VIII a. de C.) es considerado el más famoso de los poetas griegos, después de Homero. Nació en Ascra (Beocia). Virgilio y Lucrecio se inspiraron en su obra «Los trabajos y los días» que es el primer poema didáctico griego. También escribió la «Teogonía» que trata de la creación del mundo, del océano, la tierra, el cielo, las estrellas y los dioses.



La homerica trifulca despues de un interregno obligado.

Tiene bemoles que todos los recesos que hago sean por obligaciones con el trabajo. Un asco, pues probado está que el trabajo embrutece, envejece y nadie agradece. En fin, pelillos a la mar... Por lo demás, y sin animo de ser demasiado extensivo, decir que apenas acabo de dar fin a la lectura de un viejisimo artículo titulado "La fibre moyenne des grandes voûtres hyperstatiques", publicado en "Annales des Travaux Publics de Belgique", y me he puesto a aderezar esta cronica, cuando por la ventana abierta de par en par me llega un rumor sordo y airado. Logico: En la tele o caja porcatoria, los pelotoneros nacionales estan midiendose con sus homologos portugueses. Supongo que no patearan al gusto de la parroquia, puesto que de tanto en tanto me llegan palabras y frases impronunciables. Que esta gaseosa y patetica banda de "pisapraos" gane alguna vez algo, es más dificil que ver cagar a un gnomo bajo la cazoleta percusora, pongo por caso extremo, de una máquina de movimiento perpetuo. Poco o nada entiendo de la cosa esta del peloton, pero viendo al julo con gorrilla que les guia siempre he dado toda esperanza por perdida. En realidad deverian apartarle del oficio y hacerle por beca u cuota ministro. Joder, que magnifica tripleta haria con el de exteriores y el de lo de las escopetas. El primero es uno de esos tipos a los que mandas a por un helado, les enculan a la ida, les enculan a la vuelta y encima te traen churros. El otro es una especie de ente difuso que está entre can medallolatra de la serie animada "Los Autos Locos", Eva Peron y Madame Bovary, pero en paisanin manchego con el pelo esculpido a navaja y lengua de trapo. De las señoras cuotas callo por no descojonarme de risa. Y España y los españoles como siempre, por no variar, bajo la bota de lo más canalla de cada casa, siguiendo los pasos y dictamenes de sus encubiertos enemigos y con el culo al aire. Claro que, lamentaciones a un lado, a servidor las cosas de estos gangs (ellos, tontos en visperas, los autodenominan partidos) que unicamente piensan en sobrevivir y no en servir le importan un pijo [Tachado por obsoleto y no por incierto]. En realidad, juntos o por separado, unicamente me mueven a sostener una ironica sonrisa, como la que Democrito, a quién llamaban el "filosofo risueño", paseaba por Atenas, consciente de la irreversible necedad de los hombres. Que se jodan y punto.

Y llegó la hora de ornar los palos con gallardetes, tomar la rueda del timón (1) y zarpar hacía Troya en esta noche de luna glorificada.


NOTAS:

(1).- Por lo que para nuestra civilización significa, no es cosa baladi esto del timón. De un libro que tengo entre manos, a mi modo y con cierto cargo de conciencia (me jode en extremo utilizar palabras de otros para contar lo que a no ser por falta de tiempo bien pudiera hacer con la mias), extraigo:

«La marina antigua al completo utilizó el timón-remo, cuyo punto de apoyo dependía de la fuerza muscular del timonel e impedía toda navegación a contraviento. Era inútil aumentar el número de remeros o el tamaño de las velas, pues si la energía suplementaria así obtenida superaba a la del timonel, el navío se desviaba de su ruta. (En tales circustancias el uso de la vela quedaba supeditado a que el viento soplara por popa favorablemente).

[...] este primitivo sistema de dirección dificultó cualquiera otra navegación que no fuera el cabotaje costero. Los puertos antiguos eran estrechos, adecuedos para los navíos empleados y las playas servían con frecuencia para sirgar (llevar la embarcación a la orilla a puro huevo, tirando de un maroma solo apta para manos fuertes y encallecidas) allí las embarcaciones...

Los egipcios, que al parecer estudiaron el problema a fondo, añadieron varios remos a la popa, sujetos por otros tantos timoneles. La dificultad de esta maniobra sólo la hacía practicable en los ríos anchos y de aguas tranquilas como el Nilo. (Ahora que lo pienso: En alguna de las cajas con libros que guardo en mi pueblo, duerme el sueño de los justos un librito, todo él, dedicado a los problemas vectoriales que se dan en determinadas condiciones de navegación. Igual pido a alguno de mis chicos que le busque). Los griegos y los romanos, enfrentados con el mar desde los más remotos tiempos, tuvieron que contertarse con la barca primitiva, equipada con una sola fila de remeros. Se hicieron varios ensayos para aumentar el número de éstos. Lo mismo que ocurría con los timoneles múltiples, los inconvenientes eran más que las ventajas, no sólo a efectos de la dirección sino también porque la profusión de remos enredaba a unos con otros...

Los bizantinos, como paisanos prácticos que eran, no se calentaron la sesera para introducir innovaciones, contentandose con el sistema clásico puesto a prueba por el correr de los años. Cada navío podía trasportar de 50 a 200 hombres. Su peso, necesariamente ligero, impedia toda protección exterior de metal. Pese al invento del fuego griego, los marinos de la Alta Edad Media preferían la ligereza, madre de la maniobrabilidad y de la velocidad, a la protección metalica. Una flota de 200 a 250 naves era necesaria para el transporte de 25.000 hombres con sus correspondientes equipos. Como es natural, los soldados tenían que ayudar en las maniobras e incluso remar cuando no hacía viento.

La marina vikinga era una cosa analoga. Basta contemplar los tapices de Bayeux para darse cuenta de que Guillermo el Conquistador atavesó la Mancha con barcazas, cada una de las cuales iba cargada con cincuenta hombres. Los caballos, trabados, iban en el centro, rodeados por los jinetes. Los árabes, como los vikingos, sólo conocían el timón-remo. Dado que no se podía contrarrestar la furza del viento, este sistema de dirección hacía muy peligrosa la navegación en alta mar. El exiguo tamaño de las barcas antiguas obedecía, en parte, a la necesidad de abordar en cualquier playa apenas el tiempo empeoraba.

A principios del siglo XIII, un invento vino a cambiar por completo las condiciones de la navegación, permitiendo la exploración de los Océanos y suprimiendo el uso de remeros. Se ignora, y se ignorará siempre, el nombre del genio que concibió la idea del timón de codaste articulado, cuyo perfeccionamiento trajo consigo consecuencias más importantes
(ni quito ni pongo rey) que las del vapor, la electricidad o el motor de explosión. Consistía en fijar en la popa un timón profundamente sumergido en el mar por debajo de la línea de flotación, por medio de goznes metálicos independientes de la fuerza muscular del timonel. Una barra rígida y larga permitía imprimir a este timón un movimiento a derecha o a izquierda, multiplicándose la fuerza de timonel a razón de la palanca, según el principio de Arquímedes. Sólidamente fijado en el ángulo deseado, permitía, sin ningún esfuerzo humano, la utilización de los vientos más variables, corrigiendo su acción sobre las velas por medio de una maniobra adecuada. Los navíos podían en adelante navegar oblicuamente o casi a contraviento, dando al marino una libertad de maniobra que decuplicaba su seguridad. Las condiciones de los viajes cambiaron así de una manera radical, abriéndose los más vastos horizontes a los emprendedores navegantes.

[...] Este invento procede del Atlántico, pues fue utilizado en primer lugar por las flotas inglesas, germánicas y escandinavas, pasando de allí al Mediterráneo occidental, donde los genoveses lo adoptaron antes que los venecianos. Los árabes y los griegos fueron los últimos en conocerlo, como está ampliamente demostrado por el detallado relato del combate naval del 20 de abril de 1435 ante Constantinopla, en el que cuatro navíos genoveses provistos de timón articulado se vieron asaltados por 150 barcos turcos del antiguo modelo. Cesó el viento y los grandes navíos occidentales fueron cercados por el enemigo, con gran peligro de ser capturados. Mas cuando sus velas
(diré que velas latinas -invención griega o siria, a pesar de su nombre -, las cuales proporcionaban a los veleros, incluso a los más voluminosos, una facilidad de maniobra que su quilla redondeada no les habría prmitido) volvieron a hincharse, rechazaron a los barcos del adversario como si se tratara de simples balsas y llegaron sanos y salvos al Cuerno de Oro.

Gracias al invento del timón de codaste articulado, bla, bla, bla...


Para quienes gustan de espurgar en red, que no es mal divertimento y a éste aleluyero no cansa:

-> Nave vikinga, siglo IX, hallada en Oseberg (Noruega)

-> Galera mediterranea del siglo XII (miniatura de Pietro de Eboli, ">Liber ad honorem Augusti, Bibliotèque de la Bourgeoisie, Berna. Cod. 120, fol. 119.

-> Nave escandinava del siglo XIV. Fresco (iglesía de Skamstrup, Dinamarca). National Historiske Museum Frederiksborg.

-> Galera veneciana del siglo XV. (Bajorrelieve del Sepulcro Contarine, Padua)

-> Naves redondas. Retablo de Santa Úrsula (Sacristía del Convento de San Francisco de Palma de Mallorca)

-> Naves redondas --sin sistema de gobierno-- de la Pre de la Castellitx. Museu de Mallorca.

-> Coca del retablo de San Nicolás (en popa se aprecia el sistema de engaste del timón de codaste). Museu de Mallorca.

-> Marinos venecianos (Códice “DE PASSAGIIS IN TERRAM SANCTAM”)



Y...
Ahora, antes de que el lunes-lunero tenga que irme a currar, preparare la mochila, la cargare en el coche y echare unas horas para llegarme a mi río favorito, que corre a medio domar entre pequeños cerros redondeados, paleozoicos, ornados por castaños y robles. Luego todo será no hacer nada. Absolutamente nada, que, aunque pocos lo entiendan, uno viene a valer, y no lo digo por joder sino sumariamente convencido, por las cosas superfluas de las que es capaz de prescindir, por los acontecimientos de los que despectivo aparta la mirada, por las necesidades acomodaticias que, de un papirotazo, puede suprimir.


Don Gaiferos (el Don es imprescindible) os saluda. Hasta la próxima.
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