jueves, marzo 11, 2004
Enfadado y a voleo
A lo loco y con pies alados.
Escucho la radio, no me creo lo que oigo y cambio de emisora.
Otro tanto de lo mismo.
La noticia parece cierta y me entra una congoja radical e imparable. Me cago en todo lo que se menea mientras, sin afeitar, salgo a la calle. La gente con la que coincido en el bar donde desayuno cabecea anodada. Hoy no se habla de fútbol y nadie exige nada a la muchacha de la barra, que mira a la tele y llora desconsolada. Hay algo que me hace sentir indigno. ¿Qué será? ¿Acaso mi condición de español que emergiendo del fascismo ha tragado con una constitución confusa y acomodaticia?
Cuando pienso en las víctimas y sus familiares se me encoge el alma. Es curioso, pero ni por instante se me ocurre pensar si entre ellas hay algún amigo. En este trance todas las víctimas son mis padres, mis hijos, mis primos, mis vecinos, mis amigos. Todos.
Seguramente me vendría bien llorar, pero no puedo. Juro por mi honor que los dientes me rechinan de odio y rabia. De un odio que me nubla la vista y enfosca el cerebro. Y veo que eso es bueno. Bueno porque jamas olvidare, bueno porque llevar a las víctimas en el corazón será desde hoy un privilegio.
Tuvo que ser en Madrid, mi querida Madrid.
Madrid: mi niña bonita, solidaria y buena.
Y aquí, mierda, se acaba lo sentimental y elegiaco.
Es la hora de nombrar a los culpables y a sus cómplices, que son muchos, y conocidos, y por un complejo nacional que no llego a entender consentidos en sus dislates y exageraciones.
Una de dos: O la constitución es una puta mierda o lo son los que deben de aplicarla. En el primer caso se la cambia y basta, aunque haya que dejar en nada privilegios por un puñado de mierdas o medrosos consentidos. En el segundo basta con ahogarles por vendidos y cobardes.
Quien esto escribe es más bruto que un arado. Será por eso por lo que no transige con componendas ni hostias en vinagre. Los asesinos- por política de partido o complacencia explícita- , sabedlo, están y viven del parlamento o instituciones semejantes. INFAMES.
Mañana hay una manifestación contra el terrorismo (he dicho que el terrorismo esta en los parlamentos más que en la calle) a la que no pienso ir. Una vez me pillo un trance semejante en una localidad de las "Encartaciones" y tuve suficiente para toda mi vida. Aquellas risas y comentarios infames las hubiéramos borrado, el colega de Figueras que me acompañaba y yo, para siempre, si hubiéramos ido armados. Lo juro.
¡Vascos si, ETA no!, es pancarta ya demasiado publicitada. Escuchad: Hay un gran numero de vascos cobardes hasta la nausea; claro, solo tienen una vida y están deseosos de no perderla, como todo quisque, aunque en ultimo extremo tengan que cambiarla por las de sus vecinos. ¿Valientes? ¿Libres? ¿Sinceros?. La verdad es que no. Hablo de un país de cobardes y delatores, de medrosos y medradores. Joder, hay pueblosmierda, hablo de hace cuatro días, donde por puto canguelo se vigila al forastero y, por miedo o posible esclarecimiento de su verdad delatora o asesina , todo es un correr y descorrer de persianas. Malditos hijos de puta mirones...
Me estoy calentando y lo dejo... También va por ti y tus "casals" , Rubereche...
Tampoco pienso votar. No me siento con fuerzas para conceder regalías a quienes durante cuatro putos años me van a decepcionar. Ojalá revienten todos. No quiero ni por asomo...
Lo dejo.
Víctima soy, aunque entera. Mi corazón esta con vosotros.
Mi corazón y más.
A lo loco y con pies alados.
Escucho la radio, no me creo lo que oigo y cambio de emisora.
Otro tanto de lo mismo.
La noticia parece cierta y me entra una congoja radical e imparable. Me cago en todo lo que se menea mientras, sin afeitar, salgo a la calle. La gente con la que coincido en el bar donde desayuno cabecea anodada. Hoy no se habla de fútbol y nadie exige nada a la muchacha de la barra, que mira a la tele y llora desconsolada. Hay algo que me hace sentir indigno. ¿Qué será? ¿Acaso mi condición de español que emergiendo del fascismo ha tragado con una constitución confusa y acomodaticia?
Cuando pienso en las víctimas y sus familiares se me encoge el alma. Es curioso, pero ni por instante se me ocurre pensar si entre ellas hay algún amigo. En este trance todas las víctimas son mis padres, mis hijos, mis primos, mis vecinos, mis amigos. Todos.
Seguramente me vendría bien llorar, pero no puedo. Juro por mi honor que los dientes me rechinan de odio y rabia. De un odio que me nubla la vista y enfosca el cerebro. Y veo que eso es bueno. Bueno porque jamas olvidare, bueno porque llevar a las víctimas en el corazón será desde hoy un privilegio.
Tuvo que ser en Madrid, mi querida Madrid.
Madrid: mi niña bonita, solidaria y buena.
Y aquí, mierda, se acaba lo sentimental y elegiaco.
Es la hora de nombrar a los culpables y a sus cómplices, que son muchos, y conocidos, y por un complejo nacional que no llego a entender consentidos en sus dislates y exageraciones.
Una de dos: O la constitución es una puta mierda o lo son los que deben de aplicarla. En el primer caso se la cambia y basta, aunque haya que dejar en nada privilegios por un puñado de mierdas o medrosos consentidos. En el segundo basta con ahogarles por vendidos y cobardes.
Quien esto escribe es más bruto que un arado. Será por eso por lo que no transige con componendas ni hostias en vinagre. Los asesinos- por política de partido o complacencia explícita- , sabedlo, están y viven del parlamento o instituciones semejantes. INFAMES.
Mañana hay una manifestación contra el terrorismo (he dicho que el terrorismo esta en los parlamentos más que en la calle) a la que no pienso ir. Una vez me pillo un trance semejante en una localidad de las "Encartaciones" y tuve suficiente para toda mi vida. Aquellas risas y comentarios infames las hubiéramos borrado, el colega de Figueras que me acompañaba y yo, para siempre, si hubiéramos ido armados. Lo juro.
¡Vascos si, ETA no!, es pancarta ya demasiado publicitada. Escuchad: Hay un gran numero de vascos cobardes hasta la nausea; claro, solo tienen una vida y están deseosos de no perderla, como todo quisque, aunque en ultimo extremo tengan que cambiarla por las de sus vecinos. ¿Valientes? ¿Libres? ¿Sinceros?. La verdad es que no. Hablo de un país de cobardes y delatores, de medrosos y medradores. Joder, hay pueblosmierda, hablo de hace cuatro días, donde por puto canguelo se vigila al forastero y, por miedo o posible esclarecimiento de su verdad delatora o asesina , todo es un correr y descorrer de persianas. Malditos hijos de puta mirones...
Me estoy calentando y lo dejo... También va por ti y tus "casals" , Rubereche...
Tampoco pienso votar. No me siento con fuerzas para conceder regalías a quienes durante cuatro putos años me van a decepcionar. Ojalá revienten todos. No quiero ni por asomo...
Lo dejo.
Víctima soy, aunque entera. Mi corazón esta con vosotros.
Mi corazón y más.