sábado, marzo 03, 2007

De Libros y Gritos Inmediatos.


En su amor por la lectura y los libros y la democratización absoluta de la cultura, uno ha llegado al extremo de conceptuar a los países que visita por las bibliotecas publicas que mantienen. Por su áureo numero, como yo digo, y que en el caso que nos ocupa, es esa proporción que relaciona al numero de habitantes con el numero de establecimientos públicos que almacenan tesoros culturales al alcance de todos.

Aun así, la calidad y numero no van, en mi caso, ligados con la emoción, puesto que me he identificado mas con el genio del genero humano en una biblioteca "inope" de un pueblo anónimo de los Andes peruanos que en el mayor "deposito" de libros de Washington .

Quien ha viajado mucho y dilatado a países extraños bien sabe que las Bibliotecas Publicas son bálsamo de la soledad. Una luz en la noche. Una presencia amiga. ¿Pero saben algo de esto los analfabetos culturales que nos gobiernan?

En condiciones normales aquí hablaría de C. Asinius Pollio; de las bibliotecas monásticas y episcopales; de Federigo, duque de Urbino; del rey Matthiass Corvinus; de Hartmann Schedel, humanista de Nuremberg; de su contemporáneo Willibald Pirckheimer; del segundo conde de Arundel; de la biblioteca Mediceo-Laurenziana; de la vieja biblioteca del Estado de Prusia; de Sir Robert Cotton, cuyos fondos, digan lo que digan, fueron la piedra angular del British Museum; De Sir Thomas Bodley, alma de la biblioteca de la Universidad de Oxford; del Borromeo fundador de la biblioteca de Milán (aquí, según el día, igual me daba por extenderme sobre la biblioteca del Museo Británico, la Nacional de Escocia (¿y Gales?); la de Cambridge (tengo para mi que en la literatura de la epoca es la misma que se dice del "Trinirty College"); de la que Naudé colectó para el cardenal Mazarino... Para que seguir si ustedes me entienden...

Otro día, acaso hable de los autores partidarios de esta ignominiosa gabela. Pero será un comentar sobre bobos inadvertidos y plagiarios... A menos que me toquen los colgoness, de momento no merece la pena....

Supongo se entienda la intención de esta capillada, aunque no hable del falso ideal de la cultura de pago, ni de la mentira del diletantismo creador, ni de los legítimos impulsos educacionales, ni de censalistas culturales, ni de la estética creadora y su norma, ni de cabroncetes que a la letra ponen precio...

CORRESPONDENCIAS:


Don Gaiferos (el "don" es imprescindible)


Publicado por Don Gaiferos en 9:04 p. m. |  
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