jueves, junio 05, 2003

GENIO E INGENIO ESPAÑOL

Ahora, queridos colegas, me toca enmendar un grave entuerto, porque entuerto de bulto es no haber puesto -en más de seiscientos links- a nuestro más glorioso ingeniero. A nuestro Leonardo da Vinci nacional. Ah, y que nadie tome la comparación como ociosa: no lo es.
Vereis:
Seleccionaba papeles entre los muchos que corren mejor o peor suerte en casa, cuando di con las notas y catálogo de una exposición a la que acudí en Febrero de 1988. La muestra, organizada por la gente de Obras Públicas, Caminos, Canales y Puertos y algún que otro estamento oficial que seguramente se me escapa, recuperaba la abultada obra de Don Agustín de Betancourt y Molina , un hombre de ciencia a quién servidor tiene como al más significativo técnico de los siglos XVIII y XIX. Betancourt, pronto lo vereis, fue un hombre excepcional que trabajó en todas las ramas troncales de la actual ingeniería: minas, telecomunicaciones, caminos, aeronáutica, industrial... Y lo fascinante es que todo lo hizo muy bien. ¡Qué bien, mejor que el mismísimo Leonardo!, con quién como ya he dicho, suele comparársele. En realidad los artilugios que ideó el italiano no dejaron de ser, la mayoría de ellos, meros proyectos; y los que llevó a cabo Don Agustín fueron ejecutados y además funcionaban de maravilla.
La exposición puede decirse que constaba de tres partes: Dos dedicadas al período que Betancourt estuvo al servicio de la ingrata Corona española, y una tercera dedicada a su rentable y magnífica etapa rusa. Contrario a lo que pueda parecer, la cosa era divertida y lo suficientemente explícita como para estar al alcance de todo el mundo: Esto porque estaba muy bien ilustrada con grabados originales de la época, instrumental, objetos de uso regular en ingeniería y meritorias maquetas.
Advierto que las imágenes con las que enlaza el texto son de primera categoría. De colección.
Publicado por Don Gaiferos en 7:37 p. m. |  
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